La pluma profana de El Markés

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Dosis de corrupción

Con la llegada de las dosis para empezar a derribar al terrible Goliat que es el Covid 19, México se ha dejado ver en muy poco tiempo como el país tercermundista que realmente es. Por años se ha luchado por demostrarle al mundo que se está preparado para recibir los beneficios de la tecnología y claro, la inversión de las grandes potencias. Tristemente nos damos cuenta que pertenecer a ese triunvirato comercial con Canadá y Estados Unidos es mucho para un país que todavía se pelea a “la hora de la salida” o que arrebata cuando por las buenas no puede obtener lo que otros con mucho sacrificio han logrado. Nuestra piel de perros flacos es una vergüenza social que nos es imposible sanar simplemente porque ser civilizados es una talla de traje que no nos acomoda. La nación se pudre en la violencia en la que el feminicidio no para y las muertes por el narcotráfico se duplican, triplican semana a semana… civilización, ¿entendemos lo que significa? Un ejemplo muy claro…No hace muchos días amanecimos con la novedad de que en Egipto, el notable egiptólogo ZahiHawass, dejó al descubierto algo que seguro cambiará la historia hasta ahora contada de la necrópolis de Saqqara. Con más de 3000 años de historia los arqueólogos no dejan de sorprenderse al ver cómo todas esas civilizaciones otrora poderosas, terminaron siendo cenizas y parte de los libros de historia. No existe nada sino sólo rastros de un poderío que por su fuerza militar o filosófica arrasaban todo… ¿Qué fue entonces lo que declinó semejantes monstruos militares?… sin duda la vanidad y el orgullo fueron esas polillas que de a poco mermaron un potencial que bien conducido hubiera permitido años de gloria. Todas estas naciones siempre creyeron que no existía algo más fuerte que ellos y cuando menos lo acordaron, otro se había encargado de sojuzgarlos y con el paso de los días, convertirlos en nada.

Hoy México recibe su dosis de corrupción correspondiente a este tiempo de desafío. Conforme pasan los días se revelan desagradables noticias que tiene que ver con el robo de dosis de la vacuna contra el Coronavirus. El caso más reciente es el del estado de Morelos donde el ISSSTE notificó el extravió de cuatro dosis que señala, fueronsustraídas de modo deshonesto por algún trabajador de la institución. Con todo y que ya se investiga, no deja de alarmar el grado deinsensibilidad que se vive en esta realidad de salud. Igual escandaliza el hecho de que a causa de corruptelas, servidores públicos, empleados o altos mandos del gobierno estén siendo inoculados cuando desde un principio se había dicho que los médicos, como primera fuerza combativa, serían los primeros en recibir la dosis… y es que si somos sinceros y como decía mi tía abuela, “claridosos” esto no es nada nuevo en nuestra alma de alimañas mexicanas. Lo hemos visto en los cataclismos naturales que han devastado ciudades de nuestro país y en los cuales el alto grado de damnificados ha rebasado lo imaginado. Durante estos eventos la respuesta internacional y nacional ha sido inmediata, mucho más que efectiva y contundente, sin embargo, igual de inmediata, efectiva y contundente ha sido la rapiña de muchos que, lejos de condolerse del dolor y la necesidad ajena, se han encargado de llenar bodegas enteras con artículos de primera necesidad enviados por quienes si han demudado el orgullo para ayudar a los demás.

El idiota dirá que por naturaleza el hombre es así, pero la lógica no cabe aquí. El hombre en sí no nace corrompido, se va desluciendo conforme va creciendo y va ganando experiencia, eso sí, va dependiendo del ideal de educación y el tipo de relaciones sociales en las cuales decida anidar… y es que es normal sentir impotencia al ver que son cientos o miles de ancianos a los que les urge la dosis. Su fragilidad lo demanda, como igual el servicio médico que como ya se dijo, son la primera línea marcial contra el mal, pero los malvados no ven eso, sólo un beneficio personal en el cual, la venta a buen precio de la vacuna los pueda beneficiar. Jugar con la vida ajena es un delito de dimensiones infinitas. Es el jugar con uno mismo y dejarse contaminar por un terrible egoísmo.

En pleno 2021 se siguen redescubriendo civilizaciones de las que se creía saberlo todo, pero qué cosas, nosotros todavía no podemos lograr ser llamados civilización porque queramos o no, seguimos siendo señalados “tercermundistas”… ¿molestos? ¿Qué os molesta? Ser claridosos también es lo nuestro y lo más claro es lo más sano, somos piojos viviendo en una tierra fina y rica como lo es México. Si bien muchas de las civilizaciones prehispánicas tenían por costumbre los sacrificios, era algo tan noble que los mantenía muy cerca de sus dioses. Hoy nosotros estamos tan lejos de los nuestros al grado de desterrarlos para crearnos otros nuevos, otros más complacientes y que nos sonrían cuando cometemos aberraciones tales como abusar de quien es inferior en educación o riqueza… por eso, como se dijo al inicio, con el arribo de la medicina para empezar a aniquilar al espantoso Goliat que es el Covid 19, nos hemos dejado ver en breve como el país tercermundista por antonomasia y ante eso, ante eso no podemos luchar. Adieu.

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