“La vida no termina aquí”, escribió el colombiano Andrés Escobar en una carta que salió a la luz después de su autogol en el mundial de Estados Unidos 1994.

En aquel escrito, el jugador de entonces 27 años, se despedía inconscientemente tras aquel triste momento en la Fase de Grupos frente a los anfitriones, partido que perdieron los cafeteros 2-1.

Colombia venía de caer en su primer partido 3-1 frente a la Selección de Rumania. En el segundo cotejo, frente al conjunto de las ‘Barras y las estrellas’, se jugaban su clasificación a la siguiente ronda; para mala fortuna de Escobar, abrió el marcador con un autogol en su propia puerta al 35′.

Stewart puso las cosas 2-0 para los locales al 52′ y Valencia rompió el cero para los sudamericanos al 90′, pero la sentencia estaba escrita. Escobar había firmado ‘la muerte’ para su selección.

Existen varias versiones, pero todo indica que el autogol en su propia puerta significó la muerte para el jugador que estaba en la mira del Milán. Diez días después del fatídico gol, Escobar fue acribillado en Medellín, a las afueras de una discoteca.

La versión más común asegura que tras esa derrota ante Estados Unidos, varias apostadores colombianos perdieron mucho dinero. La venganza de quedar eliminados o de perder mucho dinero se consumó el 2 de julio de 1994.

Colombia cerró su tercera participación en una Copa del Mundo en el último lugar del Grupo A con tres puntos tras la victoria (2-0) ante Suiza.