NUEVO LAREDO.- Consumidos en la tristeza, la necesidad y el rezago, salen diariamente a recolectar latas y madera, recorriendo las carreteras y tiraderos de basura a bordo de su vieja carreta con la esperanza de llevar un alimento a su hogar.
Refugio Ramírez Herrera y Silvia Torres Fernández, son una pareja adulta que a pesar de las carencias y el dolor, han sabido mantenerse de pie para apoyar a su único hijo y su pequeño nieto, vendiendo objetos reciclables para canjearlos por un pan o una bolsa de frijol.
“Salimos nosotros a ver que Dios nos da en el camino. Andamos por la carretera, por los tiraderos de basura y recolectamos botes, botellas, madera, fierro y varias cosas para vender y lo poquito que nos pagan es para el mandado y para nuestro nietecito”, dijo don Refugio.
La situación de ellos se complicó debido a que su hijo trabaja como jornalero y al nacer su bebé fueron abandonados por la madre, teniendo que buscar las herramientas para darle leche, pañales, cobijo y protección al pequeño que ahora se une a la aventura de encontrar alimento para la familia.
Sin embargo y consientes de su responsabilidad, estos abuelitos han sacrificado lo poco que tenían para darle educación a Bryan de ocho años, quien espera poder terminar la escuela para que sus abuelos y la mula que los lleva a las calles puedan descansar.
“Cuando no tengo clases vengo y junto botes pero mis abuelos se cansan y también el burro”, dijo Bryan con una sonrisa inocente de la precariedad que lo rodea.
Refugio de 57 años, comparte que para que como hombre de familia ha sido una situación complicada el no poder ofrecerle una vida mejor a su señora, su hijo y ahora su nieto, debido a que no cuenta con los estudios básicos para tener un buen trabajo, quedando como única opción juntar latas o a veces hacer trabajos de jardinería.
“Llueva a truene tengo que conseguir alimento para ellos. Nosotros somos una pareja y nos damos la mano, nos mantiene la fe en Dios, pero nos ayudaría mucho que alguien nos escuchara y viera nuestra necesidad”, expresó don Refugio.
Con domicilio en Recolectores No. 2610 en la Colonia Claudette, esta pequeña familia requiere atención médica, ya que la señora Silvia lleva dos meses con sangrado en su nariz, además de una fuerte tos, pero a pesar de esto se mantiene fuerte por su esposo, su hijo y su nieto.
“Si alguien quisiera que nos echen la mano, con ropa, medicinas, de repente no hay ni para comer, y para mi nieto un poquito de ropa, arroz, frijolitos o lo que sea, nosotros lo recibiremos con mucho gusto”, dijo.
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