Vilma Trujillo, la nicaragüense que fue quemada en una hoguera

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Su nombre era Vilma Trujillo García y murió después de ser quemada en una hoguera. La mujer, de 25 años y madre de dos hijos, luchó por su vida durante más de 24 horas de agonía, en las que aguantó quemaduras de segundo y tercer grado que calcinaron el 80% de su cuerpo: senos, muslos, una parte del rostro y la espalda quedaron carbonizados. Era el sufrimiento que debía pagar después de que miembros de su congregación religiosa determinaran que estaba “endemoniada” y que para liberarla del demonio debía arder en la hoguera.

Vilma Trujillo García agonizó abrasada en una lejana comunidad del Caribe de Nicaragua, El Cortezal. El crimen mantiene en vilo a una sociedad extremadamente conservadora y machista y abre un debate sobre la violencia contra las mujeres que ha demostrado su punto más brutal con la quema en la hoguera de la joven campesina.

El Cortezal es tierra de nadie. Aquí no hay presencia del Estado, no hay escuela, ni hospital, ni comisaría. La ley y el orden lo imponen la religión. La principal autoridad es el pastor de la congregación. El Cortezal ni siquiera es un pueblo. Es un punto de referencia. Está situado en las altas montañas de la región central del Caribe de Nicaragua, rodeado de cultivos de frijoles y amplios pastos para el ganado, que han sustituido a la selva tropical. Para llegar hasta aquí hay que alquilar una camioneta en el poblado cercano más grande, el municipio de Rosita. Se conduce durante unas cuatro horas a través de una carretera en pésimo estado, con enormes huecos llenos de fango. El auto avanza dando tumbos hasta un punto donde el camino se corta. Desde aquí hay que avanzar a pie durante tres horas, entre ríos, selva, montañas rocosas y pendientes tan violentas que un paso en falso puede resultar en una caída mortal. Los caminantes deben descansar durante el trayecto para no desfallecer por el acceso difícil, las altas temperaturas y una humedad sofocante. Este camino tortuoso lo hizo Vilma Trujillo, después de que tras horas de sufrimiento se apiadaran de ella y la bajaran colgando de una hamaca cargada por cuatro hombres. Fue el inicio del fin de su tormento.