La “situación inhumana” que viven las familias de otros rehenes a la espera de saber si son liberados vivos

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TEL AVIV.- Ofri Bibas Levy ha sido atormentada por pesadillas desde el 7 de octubre, cuando su hermano, su cuñada y sus dos hijos pequeños fueron secuestrados por militantes de Hamas de sus hogares y arrastrados a la Franja de Gaza.

En esos sueños ve a sus parientes cautivos, todos excepto su hermano Yarden. Esa omisión subconsciente puede reflejar su terrible experiencia: se espera que sólo mujeres y niños estén entre los 50 rehenes liberados durante un alto el fuego de cuatro días entre Israel y Hamas que comenzó el viernes.

Todos los hombres, y muchas mujeres, seguirán cautivos en Gaza por ahora. No estaba claro si se esperaba que todos los niños fueran liberados. Hamás liberó el viernes a 24 personas, entre ellas 13 mujeres y niños israelíes, 10 tailandeses y un filipino.

“Es un acuerdo que pone a las familias en una situación inhumana. ¿Quién saldrá y quién no? —preguntó Bibas Levy. “¿Los niños salen, pero mi hermano y muchas otras personas se quedan?”. Sus familiares no estaban entre los liberados en la primera jornada.

El pacto brindará alivio a decenas de personas cuyos familiares están cautivos, así como a los palestinos en Gaza que han soportado semanas de bombardeos y condiciones espantosas.

Pero con unos 240 rehenes en manos de militantes, sólo una fracción de las familias se reunirá bajo el acuerdo actual. Hay alguna esperanza de que el acuerdo pueda ampliarse: Israel ha dicho que ampliará la tregua un día por cada 10 rehenes liberados.

Pero se espera que muchas familias tengan que soportar el tormento de no saber el destino de sus seres queridos.

La difícil situación de los rehenes -que incluyen hombres, mujeres, bebés, niños y adultos mayores- ha afectado a los israelíes. Las familias de los cautivos se han embarcado en una campaña para liberar a sus seres queridos que ha tocado la fibra sensible de muchos y ha aumentado la presión sobre el gobierno israelí para que haga concesiones y consiga acuerdos para su liberación.

Esa presión y el amplio apoyo público de las familias podrían obligar al gobierno a extender el alto el fuego a pesar de que se ha comprometido a seguir luchando una vez que expire la tregua actual.

Garantizar la libertad de todos los rehenes, especialmente de los soldados que se encuentran entre ellos, podría resultar difícil. Los militantes en Gaza ven a los cautivos como una moneda de cambio fundamental en su guerra contra Israel.

El líder de la Yihad Islámica, un grupo militante aliado de Hamas, dijo el viernes que los soldados israelíes capturados no serían liberados hasta que todos los prisioneros palestinos retenidos por Israel sean liberados.

Bibas Levy ha puesto su vida en pausa para dedicarse a luchar por la liberación de su familia: sus sobrinos de 10 meses y 4 años fueron algunos de los más jóvenes capturados. La terapeuta ocupacional que se mudó de una comunidad del sur de Israel dos meses antes del ataque de Hamas, dijo que seguirá luchando hasta que todos sus familiares regresen.

Dani Miran, cuyo hijo Omri fue tomado como rehén, está angustiado por el bienestar de su hijo. Con una incertidumbre insoportable y sin señales de vida durante siete semanas, lo acosan pensamientos difíciles.

“Mi hijo no está en la lista. Tiene 46 años. y espero que esté en un estado de salud donde pueda soportar todas las penurias que hay allí, que no lo hirieron, no lo torturaron y no le hicieron cosas inhumanas”, dijo Miran.

Para muchas familias, la noticia del acuerdo ha provocado una mezcla de emociones: dolor en los casos en los que no esperan que sus seres queridos sean liberados y esperanzas de que eso pueda conducir a nuevas liberaciones.

“Me gustaría que todos volvieran y creo que todos volverán. Pero debemos tener paciencia y ser fuertes”, dijo Yaakov Argamani, cuya hija Noa, de 26 años, fue llevada cautiva, junto con decenas de otros jóvenes adultos de un festival de música.

Muchas familias han dicho que no pueden soportar escuchar las noticias porque todos los giros y vueltas de las negociaciones son incapacitantes. El acuerdo actual, logrado después de semanas de negociaciones intermitentes, parecía definitivo hasta que un inconveniente de último minuto provocó un retraso de un día.

“Es como una montaña rusa”, dijo Eyal Nouri, cuya tía Adina Moshe, de 72 años, estaba entre las personas liberadas el viernes. Anteriormente, Nouri había dicho que no esperaba que ella estuviera entre los liberados. El marido de Moshe, Said, fue asesinado el 7 de octubre.

La pesadilla para muchos no terminará incluso si sus familiares son liberados, afirmó Nouri.

Después de la alegría del reencuentro, los liberados tendrán que afrontar el trauma de su cautiverio, sus seres queridos muertos, sus comunidades destruidas y su país en guerra.

#Ella no tiene nada. Sin ropa, sin casa, sin marido, sin pueblo. Nada”, dijo Nouri. Una vez que sea liberada “tendrá que construir su vida desde cero, a sus 72 años. Nuestras vidas son completamente diferentes”.

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