“Argucia emocional”
Existen dos cosas contra las cuales el ser humano no ha podido lidiar desde que ha decidido ser manejado por terceros a lo largo de su vida. El hombre ha visto como una necesidad imperiosa ser dirigido en su lado creyente y en su lado político por fuerzas terciadoras que muchas veces no han resultado ser del todo positivo. El engaño clerical y el político han existido desde que el hombre ha tenido la necesidad de creer en algo y claro, desde que igualmente ha surgido alguien dispuesto a ofrecer un servicio para satisfacer tal necesidad. Así, el hombre, sacando de su chistera lo más perverso, ofrece al necesitado toda una gama de oportunidades de salvación que al ser escuchadas por el necesitado de un dios, las acoge y se acoge a las reglas expedidas por su ofrecedor. Estas trampas de luz se extienden igualmente al lado gubernativo, un lado en el que bajo el engaño de que la tierra es de quien la trabaja, termina siendo una jugarreta lo bastante perversa como para obligar a hacer al pobre más pobre y al rico más rico. La cantaleta de la promesa de campaña ha sido un detonante siempre efectivo e infalible a la hora de la conquista.
México es uno de los cinco países más corruptos del mundo, sin embargo, dicha corrupción no es algo que se ha venido como una “generación espontánea”, no, se ha formado desde lo más íntimo de todo ciudadano. Todos han colaborado en cierto punto para que esto florezca y nos coloque en este selecto quinteto.
Metiéndonos de lleno a lo que atañe a las corruptelas moralistas, en realidad no sabríamos donde colocar este rimero de sentimientos al enterarnos de que por primera vez en la historia, es en México donde el Vaticano tuerce las manos, por decir así y da una tajada lo bastante dadivosa al estudiante de seminarista que fuera violando por uno de sus líderes religiosos en la antigua ciudad Porfirio Díaz, hoy Piedras Negras.
La noticia de que el muy queridísimo padre Meño, un tipo lo bastante carismático, ayudador de los pobres, reacio al pecado y perseguidor de los que actuaban mal en el día a día, fuera acusado por un estudiante a pastor hace ya algunos tres años, fue un balde de agua fría a la feligresía de todo el estado. Al hablar de todo el estado me refiero a que este hombre de finos modales y actividades licenciosas lo bastante secretas, también había sido párroco en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en Nueva Rosita, sitio en el que un servidor tuvo la oportunidad de conocer y hasta de entablar algunas palabras con el hoy condenado.
Las pasiones que envuelven al hombre no son meras trampas de quienes el catolicismo ha dado por llamar demonios. Estas siempre serán una oportunidad para elevar la fortaleza personal y pulir nuestra existencia sobre la tierra. Vivir de placeres y en medio del paraíso sería ahora sí que el aburrimiento perpetuo. La vida es una gran variante y el resultado de ser y saber combinar las pasiones en bien propio, es lo que al final nos viene curtiendo con una fina experiencia, experiencia que obviamente un día estaremos dispuestos a compartir con quienes vienen detrás nuestro.
Otro notabilísimo caso de superchería sacerdotal sin duda alguna fue el del líder de la secta La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García. Cientos de miles de personas siguen hoy en día orando y defendiendo una causa lo bastante muerta. El líder, preso por violación y corrupción de menores a niveles lo bastante elevados, ha puesto sobre la mesa ya no solo la millonaria fortuna que posee en las arcas de su imperio fundado en la Hermosa Provincia, en Guadalajara, también ha puesto sobre la mesa sacramental la honra y la dignidad de sus fieles.
El 2020 no ha mostrado con toda claridad la fragilidad de la existencia. Cada día son más y más los que perecen a causa del mal del siglo. A todos nos ha tocado en alguna parte de la familia o de los amigos. El mundo del arte, de la política, del deporte, todas las áreas se han visto afectadas por el terrible mal. La economía ha colapsado y el ser humano respira muy a fuerza intentando sobrevivir. Creo que no ha habido nada más doloroso que ver a alguien metido en una bolsa y dirigido al crematorio. No despedidas, no flores, no nada de aquello a lo que estábamos acostumbrados a vivir en el luto.
¿Aprendizaje? Creo que muy poco o casi nulo. Los diarios de mayor circulación y las redes sociales están tapizadas de notas rojas que tienen que ver con violencia y abuso a gente inocente. No vemos que siendo tiempos de reconciliación es cuando deberíamos organizar el ejército de amor que tanta falta hace ahora mismo.
Sin duda la necedad ha sido más preponderante que la necesidad. Necios a recomendaciones creyéndonos valientes. Creímos por mucho tiempo que no teníamos necesidad de dejarnos llevar por tontos requerimientos de salud que solo pretendían atarnos a algo desconocido.
Engañifas, trampas, supercherías, sinónimos todos de una época en la que dios se ha ido a recluir en lo más profundo de sus mansiones ante lo inepto de una generación que muy poco le ha importado el que Él mismo les ofreciera todo en charola de plata. Adieu.
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