La pluma profana de El Markés

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“Danna y la brutalidad prometida”

Danna no tiene ni idea de lo que dice el maestro de biología. Quiere estar atenta, es tu clase favorita y su calificación en esa materia siempre ha sido de diez. Danna está nerviosa, vira su rostro de un sitio a otro y le echa un vistazo a su celular. En pocos minutos el timbre sonará, todos saldrán corriendo y entonces y solo entonces su fin llegará.

Danna no es popular, pero sí muy entregada a sus estudios. Tiene muchos sueños, todos bien fundamentados, reales y con una posibilidad para lograrlos… pero no es popular, es una denominada nerd, una apática, una aburrida que se la pasa levantando la mano para participar. Es de las que suben a escribir en la pizarra cuando nadie más se atreve a hacerlo, o por vergüenza o por falta de conocimientos, comúnmente es por lo segundo. Sale y entra de la biblioteca con libros alquilados que muy puntualmente entrega. No tiene novio aunque la gran mayoría de sus compañeras ya tienen y de eso ya desde hace muchos meses. Algunas de ellas hasta abandonaron la secundaria por estar embarazadas.

Danna es la representación de muchas chicas en México que miran el reloj impacientes, que desean el timbre se descomponga, que el tiempo se detenga y que no siga lo que el destino ya tiene contemplado para ellas.

Veracruz saltó a los titulares hace unos días, ya no por masacres de migrantes o por reporteros desaparecidos, sino por la noticia de que una jovencita llamada Danna y estudiante de una escuela secundaria, había sido víctima de bullying. Un grupo de muchachas de la misma institución educativa se dieron a la tarea de cometer un atraco en contra de una de sus compañeras. La paliza que le dieron la mandó no sólo al hospital, también la sumió en un deseo profundo por renunciar a todo y convertirse en nada. El municipio de Soledad de Doblado, en el estado más largo del país. Veracruz, fue el escenario de la barbarie.

Cuando el timbre sonó, Danna salió del aula con dirección a los bebederos. Entonces le salieron al encuentro sus demonios. Cinco de sus compañeras de escuela la sorprendieron con esas expresiones que Danna tanto temía. No era la primera vez que la abordaban, amenazaban o le arrebataban sus cosas para lanzárselas a los jardines. No era la primera vez que le tiraban del cabello, le ofendían o la tumbaban en plena calle, pero esta vez era diferente. Esta vez estaban dispuestas a ir más allá. Tras las ofensas vino el ignorar a las necias, cosa que no les gustó en nada al grado de arremeter contra ella en los patios escolares.

Y es que la terrible realidad sobrepasó lo macabro cuando luego de la golpiza, todo tipo de autoridad se negó a auxiliar a la jovencita que había terminado con una lesión de omóplato, lesiones en uno de sus ojos que podría afectarle en su actividad como deportista que es y un esguince cervical. El médico de la institución se negó a atenderla, protección civil del municipio no se presentó al llamado y el director ni cuenta se había dado del suceso. Lo peor del caso era que Danna ya había reportado la actitud cavernícola de sus compañeras contra ella; sin embargo, las autoridades escolares hicieron caso omiso a las peticiones de la alumna.

No hace mucho una niña de primaria terminó pendiendo de una cuerda en su misma casa víctima de un suicidio. Una pequeña menor de edad había decidido privarse de la vida y todo por las constantes agresiones en la escuela. Ese caso aturdió a muchos, sin embargo, fue una noticia de momento. Hoy el bullying es un asunto que debería tratarse mucho más a fondo y no como parte del crecimiento juvenil. Cada vez son más los infantes o adolescentes que optan por el suicidio al verse acosados, heridos, perjudicados, humillados por sus compañeros. Otra buena parte lo hace cuando los maestros son esa fuerza negativa que los humilla, y otra igualmente importante, el abuso y la violencia en casa.

Hoy la niñez y la adolescencia pasan por un tiempo de crisis que debe atenderse de la mano de psicoterapeutas, personal capacitado para dar conferencia y por otro lado, reglas mucho más que estrictas en los planteles que den su merecido a quienes no acaten los códigos de conducta dentro del plantel.

Hoy Danna es la representación de muchas adolescentes que por ser una luz de conocimiento, o ser simplemente diferentes, son el foco de atención de quienes usan la violencia. Debemos condenar este tipo de actitudes, ser más rígidos y terminantes. Las leyes deben de cambiar en este aspecto. De no ser así, solo estaríamos preparando asesinos seriales a futuro, victimarios, esposos y esposas abusivas, etcétera.

Hoy Danna lucha interiormente por sobreponerse al vituperio. Sabe que las chicas siguen ahí porque la institución simplemente es dirigida por dementes sin responsabilidad.

Suprimamos el bullying desde casa. Enseñemos a nuestros hijos el respeto hacia los demás. Solo desde ahí, desde el seno del hogar, es desde donde se puede terminar con esta pesadilla. Adieu.

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