“Variante delta juvenil”
Por mucho tiempo el mundo creyó que el futuro del mundo estaba en los jóvenes, en las nuevas generaciones, en ese espíritu febril que poseen esas criaturas nuevas arrasándolo todo… hoy son cada vez más los que creen que esas fantasías futuristas son solo eso, puras ilusiones de escritores románticos.
Sócrates fue un filósofo griego que vivió 470 años antes de Cristo. En su muy elaborada dicción y profunda sicología, expuso en su momento que los jóvenes en su tiempo eran unos tiranos, personas que a su edad contradecían a sus padres, devoraban su comida y le faltaban al respeto a sus maestros… han pasado varios siglos desde entonces y la problemática de la juventud parece no haber cambiado mucho.
Durante más de un año el planeta entero estuvo viviendo el peor de los infiernos. Aturdidos y embutidos en el miedo, miramos la vida pasar por nuestras ventanas. Horrorizados estábamos de asomarnos siquiera a la puerta. Se hablaba de un peligroso virus que de ser adherido a nuestra respiración sólo traería consigo una infalible muerte por ahogamiento. Los pulmones se irían cerrando de a poco y nadie, absolutamente nadie podría ayudarte. En ese tiempo hubo una muy buen cantidad de médicos que burlándose del juramento de Hipócrates, se guardó la nobleza de la medicina para corromper la profesión vendiendo líquidos, pastillas y hasta remedios que en nada llevaban a la sanación. Muchos, aprovechando el río revuelto y el miedo en las personas que ya estaban más enfermas de lo que imaginaban y no de lo que realmente tenían, comenzaron a cobrar cantidades exorbitantes por una consulta. Por otro lado hubo quienes arriesgándolo todo, hicieron cuanto pudieron por aconsejar, guiar, instruir, instar a la precaución y cuidarse tomando remedios naturales que en verdad ayudaban. Fue durante este tiempo en que la humanidad sacó su verdadera esencia, ya fuese en maldad o en bondad.
Y llegó la ansiada vacuna en sus diferentes marcas y resultados. El mundo se congratuló porque de pronto la gran mayoría de los países estaban siendo inoculados de una manera rápida. Nuestro país fue uno de los primeros en atender a sus habitantes… y cuando creímos que podíamos alzar la bandera de la victoria, de pronto aparece una variante del Covid 19 que comenzó siendo una inocente sospecha, pero que a la vuelta de los días, las semanas y los meses, se convirtió en un nuevo terror que ha vuelto a meter a todos en casa.
El Covid y su variante no sólo han entorpecido la economía mundial, también la actitud de muchas personas. En ningún otro tiempo se había elevado de una manera escandalosa el abuso familiar, el maltrato en casa, las ofensas, el agravio verbal. El encierro ha traído consigo el que las parejas, que en otro tiempo se dividían responsabilidades, por ejemplo, él en casa y ella en el hogar o viceversa, de pronto se viera afectada al estar ambos en casa y lidiando con una gran cantidad de problemas. Se incrementaron entonces los divorcios y los crímenes familiares. Por más risible que esto parezca, nadie pone en duda que el encierro y el aislamiento sólo ha traído consigo una terrible turbación, un enfrentamiento contra un monstruo invisible llamado ego, personalidad, individualidad, eso que hace que el hombre luche por tener siempre la razón.
Hoy los jóvenes han sacado una espantosa variante de sus almas. Hartos del enclaustramiento, una gran cantidad de mozos se ha dedicado a delinquir. Muchos han salido a la calle a realizarlo y otros desde sus equipos móviles. Una gran cantidad de muchachos han optado por abandonar la escuela para unirse a las filas de los diversos carteles de la droga. Ahora que sus mentes no están ocupadas en cosas que tengan que ver con los estudios, esta se ha colmado de una gran cantidad de ideas basura que lo único que ha hecho es poner en jaque a padres y hermanos. Y es que la chica linda y seria que antes era dedicada en la escuela, hoy se ha tatuado, ha migrado su buen lenguaje por otra más profano y esas amistades de fin semana se han ido para darle paso a los que sólo instan a la perdición… es entonces que las estadísticas han comenzado a mostrar una actitud delictiva en esa generación que como se dijo al inicio, era la esperanza del planeta.
Una de las más grandes preocupaciones que se tienen en esta notable variante delta juvenil, es el alto número de jovencitas embarazadas. Lo peor no es el embarazo, sino que muchas de ellas son menores de edad, y quienes han sido los culpables de tal gestación, son personas muy mayores. Se ve entonces que el depredador de cuarenta o cincuenta años, ha salido a cazar a esa generación del variante delta juvenil al saberlo frágil, debilitado, hastiado y por ende, listo para ceder a la menor provocación. Son también el contenido sexual que se encuentra en las redes sociales, lo que impulsa a esta nueva generación a ir tras la curiosidad de los deseos y que termina siendo una terrible tragedia.
Hoy la variante delta se nos viene encima como un tsunami y ciertamente no estamos preparados. Cuidemos de nuestros jóvenes, pues todavía hay quienes creen que ellos son el futuro de nuestro planeta, yo soy uno de ellos, adieu.
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