La pluma profana de El Markés

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“Al rescate de El Laguito”

El rescate de El Laguito en Nuevo Laredo, Tamaulipas, me trae al recuerdo esas acciones que en el pasado hicieron historia en algunas partes de México y que a la fecha siguen siendo un referente, un ejemplo a seguir. Entre ellos podría mencionar las famosísimas pozas en Cuatro Ciénegas de Carranza, en Coahuila. Lugares preciosos cuyas aguas cristalinas y contenedoras de especies únicas en el mundo, son hoy un sitio de encuentro de familias, amigos y claro, investigadores y especialistas que siguen estudiando la fenomenología del lugar. Por años estuvo expuesta a los vándalos y personas sin conciencia, pero un día, un gobierno municipal dijo, Ya no, rescatemos.

Si bien es cierto que el lirio ha invadido El Laguito, también es verdad que se puede retirar con maquinaria especializada. No son y no serán el primer pueblo dispuesto a salvar un sitio tan hermoso como este. Me recuerda igualmente al estado de Jalisco y su mítico Lago de Chapala. Eselago sin duda es un sitio hermoso y sede de innumerables películas. Su belleza es tal que ha traído cual migración de aves, un sinnúmero de extranjeros que encantados con el clima y las bondades de sus alrededores, ha causado que compren propiedades y decidan construir casas de verano. Llegado el crudo e implacable invierno en los Estados Unidos, con las manos en la cintura compran un vuelo a Guadalajara y de ahí a Chapala. Si un día tienen la oportunidad de visitar el lago más grande de México, descubrirán que el comercio es enorme. Los extranjeros llenan las calles y pueblos como Chapala,Ajijic,Cosalá, San Luis de Soyatlán, y un poco más allá, Mazamitla. En su mayoría son adultos mayores que han optado por acabar sus tiempos en un sitio pacifico. Es sorprendente que en estos sitios se habla muy poco de la violencia de la que anuncian los noticieros.

El lirio se ha apoderado de muchas regiones del Lago de Chapala, también del Lago de Pátzcuaro, en Michoacán, pero las acciones conjuntas de municipio y población ha dado resultados sorprendentes. Hoy el gobierno municipal de Nuevo Laredo hace el mismo llamado a la población, y es que siendo realistas, El Laguito es un sitio entrañable; creo que no hay familia en el municipio o ciudades aledañas, que no tengas un bonito recuerdo de este lugar. Muchos han de tener fotografías tomadas allá por los años ochenta, noventa, en los que aparece El Laguito como algo hermoso. Hoy lo sigue siendo, pero hace falta meterlo a la estética de la conciencia popular, entender que está ahí esperando por nosotros. La verdad es que si se logra el objetivo, muy pronto volverán esas fotos y las redes sociales podrán presumir lo que Nuevo Laredo tiene para sus visitantes.

Existen ejemplo en México y el mundo de lugares que se han intentado rescatar y que muy poco se ha logrado. Existe una ciudad en la que el Centauro del Norte, el General Francisco Villa depuso las armas. En ese lugar dijo: Ya no más, ya estuvo de conflictos bélicos, díganme dónde firmo y me voy a mi pueblo. Ese lugar se llama Sabinas, Coahuila. Es en ese lugar de la llamada Región Carbonífera, donde existe un afluente que otrora era hermoso, de hecho fue ese río el que propicio la fundación de dicha ciudad cuando los primeros visitantes creyeron que con ese beneficio natural las cosas estarían mejor. Y así fue, por lo menos hasta que un día alguien descubriera los yacimientos de carbón y comenzara una destrucción masiva de tierra y agua. El afluente fue contaminado de a poco y en la actualidad, seco y escuálido, mira y recuerda ese pasado en el que millones de fotos lo mostraban hermoso. Hoy, en pleno 2023, la codicia ha propiciado que se hicieran tajos de carbón en pleno cauce, desviando la poca agua que este lleva. La población está molesta, pero los medios de comunicación callan. Los arreglos entre propietarios y los medios de comunicación han creado una camaradería tal que ha causado que el río muera de a poco y ante la vista de una población acallada por la apatía y por la inseguridad.

¿Pero qué pasa con Nuevo Laredo? Las acciones que se han hecho notar a últimas fechas por parte del gobierno municipal son en verdad sorprendentes. Se han enfocado igualmente en reciclar ese montón de cientos y cientos de llantas tiradas a cierta distancia del lago. Una acción así merece las palmas pues la contaminación que estos neumáticos traen es mucha, y más cuando algún maleante tenga la perversa idea de prenderles fuego.

El cambio climático no es algo natural, entendámoslo así, es un algo innatural, algo creado y causado por nosotros mismos. Nos estamos aniquilando solos secando nuestros espacios líquidos, erosionando la tierra y violentando a nuestros semejantes. Salvación hay, y las acciones, por más sencillas que estas puedan ser, por parte de gobierno y sociedad, son geniales para volver al inicio y ponernos a salvo. Un aplauso para el gobierno de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y ojalá y pronto podamos disfrutar de la emperifollada elegancia de El Laguito. Adieu.

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