La pluma profana de El Markés

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“Franca Navi- dad”

Siendo sinceros, creo que muy pocos podríamos tararear en avenencia ese cantico de Blanca Navidad sin sentir pesar por quienes no disfrutan para nada una noche de paz. Sería mucho mejor una Franca Navi- dad si fuéramos lo suficientemente francos para dar en Navidad. La palabra dar, de tan solo tres letras resulta de muy elevado peso cuando poseemos un espíritu codicioso, vulgar, vanidoso, vengativo y cargado de rencores. Muchos de nosotros vivimos a la defensiva de todo, creyendo que no se puede confiar en nadie y que el mundo entero conspira en contra nuestra. Conozco a muchos así, amigos míos que se la pasan refunfuñando en el trabajo, hablando pestes del jefe y de los compañeros. Así y en esa actitud tan pesimista, muchos se van cerrando puertas, ventanas y muchas oportunidades en la vida. De hecho me he topado con amigos que estando en sus casas, son despiadados con sus hijos y prepotentes con sus mujercitas frente a los invitados. Así, con el alma enviciada van mostrando al mundo que no se les debe de acercar si no quieres caer en sus garras despreciativas, humillantes y desagradables.

Cae la vigilia y brota la estrella anunciando elresguardo de nuestras almas, ha nacido Jesús, y ello nos acarrea como cada año helado a redescubrirnos como frutos de Dios. Este mes ovacionamos el nacimiento de un ser único y que en su nacimiento tan humilde y en su muerte tan dolorosa e injusta nos ha mostrado el carácter necesario de la salvación: Sumisión y abnegación.

En sí la humildad es un sentimiento lo bastante puro que nos dobla las rodillas ante nuestro hacedor, lo aceptamos como el único portador de caridad y nos contagia a obrar en su ejemplo. El sacrificio por su parte nos hace desprendernos del orgullo y las banalidades, nos purifica y despeja dejándonos lo necesario, dándonos la opción a dar a los demás de lo nuestro.

Nuestra alma es una enorme alcancía. Día con día ponemos en ella actitudes, acciones y reacciones. Nuestro carácter se refleja en base a dichos ahorros.Sabemos que de la abundancia del corazón es la actuación de nuestros miembros. Caminamos por los caminos de la rectitud porque en nuestra alma hay un sentimiento perene por lo bueno o por el contrario, corremos hacia la maldad porque nos hemos encargado de ahorrar sentimientos carroñeros y dañinos.

Somos mexicanosy el serlo nos pone gozosos porque sabemos que nada ni nadie podrádisminuir esa armonía tan bella de esta estación. Aun cuando la perversidad pareciese no dar pausa a quienes simplemente apetecemos con todo nuestro corazón vivir en armonía, aun con todo ello buscamos en los ojos de nuestros semejantes el buen espíritu de la fraternidad. Dejemos todo en mano de Dios pero no dejemos de actuar con mesura. Hoy Dios nos da la ocasión de nacer de nuevo y volvernos como críos, chiquillos cegados por la ausencia de odio, indolencias y fisonomíasafligidas. Hoy es tiempo deleitarse de los que amamos, estrujar hasta la última gota de su cercanía, irradiar nuestro placer por la Navidad para contagiar así el sentimiento… y cuando vallan sonando una a una las doce campanadas repasemos nuestro ayer para modificar el futuro, será entonces cuando el verdadero significado de la Navidad tendrá valor en nuestra vida, si, cuando decidamos renacer junto al nene del pesebre y crecer juntos, de a poco, ganando sabiduría e inteligencia y sobre todo, mucha cercanía a nuestro Padre que está en los cielos. Conservemos la confianza y la ilusión, únicas materiales indispensables para el alma… y es que hoy Dios nos ha extendido un sinnúmero de regalos, asegurémonos de merecerlos, hay que pedir indulgencia si hemos lesionado, absolver a quienes nos han agraviado y cauterizar las acciones que en el pasado han menguado nuestra entereza y nuestroidealismo.

Hoy por hoy la Navidad está más modernizada que nunca… hoy la tecnología nos permite comunicarnos en un santiamén con quienes se encuentran lejos y que sus posibilidades económicas les han impedido venir.

La misericordia es una característica de quienes se dicen cristianos, sin embargo, es una característica natural, con la cual nacemos. No se necesita pertenecer a una religión en particular para llevar dentro de nosotros esa cualidad de convivencia social. El hombre nace y busca como por pura intuición socializar.

Es diciembre, y para muchos es una época de paz y amor, de reconciliación y buenos recuerdos; sin embargo, para muchos otros es un encontronazo con la realidad, con la pérdida de un ser querido o porque simplemente estas fechas sólo le traen a colación puros malos recuerdos.

Es difícil vivir en un planeta en el que mientras una parte goza de la Navidad y de la llegada imaginaria del Rey de Israel, otras naciones se tunden a golpes. Es doloroso ver ciudades hermosas convertidas en ruinas y niños huyendo en pos de la salvación. Duele igual ver a los ancianos con expresión de súplica y a hombre ver a sus hijos destrozados en tierra.

Que la Blanca Navidad colme a nuestros corazones de buenos deseos para convertirnos en buenos ciudadanos del mundo, pero principalmente de nuestras familias, núcleo de todo cuando se está en reconciliación con Dios… feliz Navidad a todos. Adieu.

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