INAH halla vestigios de un barrio indígena en el centro de la ciudad

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En un conteo preliminar basado en los huesos largos pares y cráneos que fueron recuperados, los arqueólogos calculan que corresponderían a alrededor de 70 individuos. (proceso.com.mx)

CDMX.- En el perímetro de las avenidas Juárez y Eje Central en la Ciudad de México, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han descubierto testimonios de dos importantes construcciones que durante la época colonial y buena parte del siglo XIX, dieron identidad a lo que fue el barrio de indios de San Juan Moyotlan: el Convento de San Juan de la Penitencia y el Hospital Real de San José de los Naturales.

En la calle López esquina con Artículo 123, el equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH con apoyo de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ha retirado decenas de huesos humanos que constituyeron un par de osarios, así como osamentas semicompletas.

En un conteo preliminar basado en los huesos largos pares y cráneos que fueron recuperados, los arqueólogos calculan que corresponderían a alrededor de 70 individuos. Por la gran cantidad de restos óseos, los especialistas creen que en esta sección del cementerio debió estar la fosa común del también llamado Hospital de Indios.

La mayoría de los restos óseos son de individuos adultos masculinos, algunos de los cuales por el tamaño de los huesos largos y el volumen del cráneo, pudieran corresponder a población negra o mulata. El Hospital de Indios fue el primero donde se hicieron autopsias, y quizá con el análisis complementario de los antropólogos físicos se podría explicar el porqué de la gran cantidad de huesos hallados en capas que exceden los 40 centímetros.

La arqueóloga Belem Beltrán Alarcón, responsable de los trabajos de salvamento, informó que la antigüedad del material óseo corresponde a diferentes fases del funcionamiento de esa institución hospitalaria (desde que se erigió en 1553, a petición de la orden franciscana, hasta 1822) que atendía a los indígenas de la ciudad y también del Altiplano Central, de manera que llegó a ser el hospital de indios más importante de América.

En el área donde la CFE realiza desde hace dos años la sustitución del cableado eléctrico y cuyos límites son las avenidas Puente de Alvarado, Circuito Interior, Chapultepec y Eje Central, que concentra alrededor de 580 hectáreas, los arqueólogos han aprovechado los pozos y zanjas destinados a la sustitución de la red eléctrica subterránea, para recuperar testimonios de la historia capitalina.

En ese perímetro hace siglo estuvo el barrio de Moyotlan o “Lugar de mosquitos”, uno de los campan de la antigua México-Tenochtitlan, así llamado porque parte del terreno era cenagoso. Fuera de los límites de la ciudad novohispana, el barrio conservaría el nombre durante la Colonia, pero precedido por la advocación de San Juan Bautista.

Precisamente en la Plaza de San Juan donde se ubica el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como El Buen Tono (por la extinta fábrica de cigarros), el equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH registró semanas atrás la sección de un cuarto del antiguo Convento de San Juan de la Penitencia, en cuyas paredes aún podían observarse restos de pintura mural.

El equipo de especialistas del INAH que ha acompañado las labores de la CFE registró también parte de un sistema hidráulico de acequias y canales que funcionaron entre finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Estos hallazgos revelan que los canales principales respetaban la traza de acequias construidas en la Colonia, como se ha observado con los restos encontrados en avenidas como Bucareli, Morelos y Puente de Alvarado.