Un promedio de 200 animales al mes son los que sacrifica el Centro Antirrábico de Nuevo Laredo, mismos que en su mayoría antes de encontrar la muerte pasaron hambre, sed, dolor y tristeza, lo más lamentable de la situación es que en la mayoría de los casos el mismo ser humano, aquel que se hizo llamar su dueño y al que el can le brindo su amor, fue quien lo desechó como si se tratara de un simple objeto.

Dentro del mundo de oscuridad con el que se encuentran estas mascotas abandonadas, una pequeña rendija de luz se abre ante los ojos de algunos cuantos, pues logran llegar con personas que se preocupan por ellos, personas como las que se encuentran ayudando mediante alguna asociación en pro de estos canes para brindarles protección y atención en el lapso de tiempo en el que encuentran una nueva familia y oportunidad para ser felices.

En la ciudad existen diferentes asociaciones buscando rescatar a estos animales en situación de calle, una de ellas es la Asociación Protectora de Animales (APA) la cual cuenta con aproximadamente 360 perros y 60 gatos listos y dispuestos a recibir el cariño que se merecen por parte de una nueva familia.

Dolly, como el equipo de redacción la bautizó, es una de los tantos canes rescatados por esta asociación, ella había sido atropellada por un automóvil antes de llegar al lugar, producto de ese percance tenía una patita totalmente destrozada, misma que le fue amputada,  además contaba con heridas en la cabeza y en el resto del cuerpo.

Hoy se recupera y en pocos días estará lista para recibir el cariño de una nueva familia dispuesta a brindarle el amor que tanto ella como todos los demás cachorros merecen.

Este hermoso caso nos deja una gran reflexión, que sabías fueron las palabras de Martin Buber, filósofo y escritor judío, cuando dijo: “Los ojos de un animal tienen el poder de hablar un gran idioma” y hoy los ojos de Dolly gritan a los 4 vientos: ¡Gracias!