Son muchos los que se han preguntado a lo largo de los años los porqués del nacimiento de partidos independientes… al menos eso me pregunté yo al enterarme de las buenas razones que tuvo el buen Javier Guerrero García, diputado y ex alcalde de San Pedro de las Colonias al lanzarse a la candidatura del gobierno de Coahuila en la próximas elecciones para gobernador del Estado.
Por más de 30 años caminó la senda priista en diferentes puestos políticos hasta que tras unprofundo análisis sobre su vida y su actuación en dicho sitio gubernamental, cedió a cierta inconformidad contra su partido natal.Sintió cierto rechazo hacia ese grupo cuya actitud de no diálogo con la gente cuando ésta lo solicitaba y un vergonzoso cacicazgo lo hicieron sentir que, en efecto, los valores de nobleza que habían originado el nacimiento del PRI no existían más.
En la pregunta sobre el abandono del partido “madre” bien puede venir la respuesta al notar que se busca justamente eso, la independencia o el desapego, la huida o el escape de algo que causa una incómoda opresión, presión o abuso a una libertad primeramente emocional, luego física y con el paso del tiempo hasta económica.
¿Cómo es posible que luego de más de cinco, diez y hasta cuarenta años de militancia en tal o cual partido político un hombre pueda de pronto decir que se aparta porque se han desvirtuado lo que primigeniamente era noble y humanitario?
Un ejemplo clarísimo de estampidas bien puede dárnosla la religión cristiana. En el origen no había más que una sola ideología: La creencia en Cristo como Salvador del mundo. Tal conocimiento lo heredaron los apóstoles y su claridad al vivirlo de la mano del mismísimo Jesús. Roma y su papado abanderizaron tales conocimientos desvirtuando y modificando con absurdas traducciones lo que eran los textos originales de los denominados apóstoles hasta conformar lo que se ha dado por llamar Biblia. La llegada de la Santa Inquisición fue el detonante para que cientos de personas dejaran de creer en una religión carente de piedad y de amor. Los papas se dedicaron a los suyo: León X a ocuparse en mandar edificar grandes edificios; Julio II, a las guerras, Alejandro VI, a los intereses familiares y Pío II a las artes… ¿qué vino después? Una notable desbandada de personas que instados por las voces de Lutero y Calvino, crearon nuevas denominaciones religiosas que hasta el día de hoy se diversifican. Dijeron que lo que enseñaba la iglesia y lo que en realidad deseaba Jesús no coincidían en nada, que se manejaba más un ambiente de tortura y de ambición antes que el de salvar al alma humana de sus padecimientos emocionales.Lo curiosos del caso es que todas y cada una de ellas buscan ese noble origen que las coloque en la gracia y aceptación de un Dios.
Las estampidas políticastienen un motivo muy similar, retornar alumbral, esto es, el acercamiento a un pueblo que con los años se había convertido en víctima de la avaricia de unos cuantos caciques. Hoy no nos impresiona que los partidos políticos que fueron regentes por muchos años se disgreguen en muchos otros que como la religión, van buscando una pureza nata, el socorro a la sociedad civil.
Definitivamente sólo analizando la tremenda enciclopedia que es nuestra historia en el mundo, es como se le puede dar la guerra a la corrupción. Analizando a fondo las razones de ese destete de la madre políticamente hablando, me encuentro con el gran abogado, político, escritor y orador francés, Robespierre quien, disertando sobre lo que era el real gobierno democrático o el acercamiento a la gente expuso en un discurso el 7 de febrero de 1794 que no había más que la “Virtud pública”como medio para gobernar y ser aceptado por una sociedad tan exigente como la de cualquier país que se considere democrático.
Nada más cierto, las que gozaron de esa virtud pública que no era otra cosa que amar a la patria y a sus leyes fue precisamente la Grecia y la Roma antigua, así como la Francia republicana, esta última al abandonar una monarquía que había terminado por hartar a un pueblo que había dejado de creer que los Luises no descendían de los dioses por más que se hicieran llamar “El rey sol”.
Hoy todos los que se han dado a la tarea de crear partidos políticos independientes van en busca de ese origen sano y fructífero que sus creadores han perdido al perderse en el camino de la corrupción y en la apócrifa propaganda de un bien ciudadano que nunca llega.
Otra de las cosas que desvirtúan a los partidos políticos indudablemente son las alianzas. No se necesita ser muy cuerdo para saber que son creación pura de apoderamiento de bienes del pueblo, codicia neta que nace ante la poca afluencia de votos y que conlleva a la creación de una alianza que pueda dar batalla a otro partido de mucho más poder.
Aún y cuando el ahora extinto político y militar Hugo Chávez no era del agrado de muchos, éste defendía a Venezuela contra todo aquello que para él era una amenaza.
En febrero del 2009, tras ganar una enmienda constitucional expuso, parafraseando las palabras de San Pablo a Los Romanos:
“Me consumo y me consumiré de por vida al servicio pleno del pueblo venezolano. Lo haré gustosamente. Me consumiré todo lo que me quede de vida, así lo juro y lo prometo delante de mis hijos y mis nietos”
En conclusión la creación de nuevos partidos políticos han sido un duro golpe a la credibilidad de los que por años han regido al país. En sí han sido un golpe bajo, un nockout que con estrategia han ido acabando con un sistema democrático que en la práctica no es otra cosa que una dictadura imperialista.
Cada vez son más los ciudadanos que han dado un voto de confianza a esas nuevas propuestas que en más de una ocasión han dado resultados positivos.
Dejo la pluma en el tintero diciendo que quienes piensan que el dinero lo hace todo, en definitiva acabarán haciendo todo por eso mismo, o sea, por dinero, Adieu.
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