“Libres y locas”

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Hace algunos años leí en una de las paredes laterales del viejo Convento de Santa Rita de Casia, a un costado del acueducto Indígena de Miraflores, una leyenda escrita con aerosol que a la letra decía: “Libres y locas”. Tan simple y tan llano no inspiraba otra cosa que ese moderno espíritu de libertad con el que a la fecha la juventud se ha abanderado. Lo firmaban orgullosamente las hermanas Abigail, Berenice y Claudia Altamira, vecinitas de por aquí y cuyas edades en ese entonces iban de los 15, 16 y 17 y que por descuido de sus padres y rebeldía propia, habían caído en lo más bajo de la depravación a muy corta edad. Por la primera letra de sus nombres se llamaban así mismas “el ABC del barrio loco de las Cachemiras” siendo por mucho tiempo la pesadilla de la comunidad. Una y otra vez los vecinos ponían denuncias en la comandancia de seguridad pública por actividades delictivas de este trío que se divertía causando estragos vandálicos que iban desde buscarle pleito a los desconcertados transeúntes, hasta grafitear las antiquísimas paredes de roca de la iglesia de Santa María Auxiliadora en el barrio de La Temerosa. Habían pasado de simples ladronas de pulseritas en la feria hasta entrar de lleno y con arma blanca a tiendas de conveniencia. En poco menos de tres años, aquellas hermosas hijas de una floreciente pareja de comerciantes de la ciudad, pasaron de ser dedicadas estudiantes a sombrías púberes cuya vida estaba día con día al filo de la desgracia.

La triste historia de estas tres hermosas damitas no me hacen pensar en otra cosa que si hay algo de lo cual un ser humano debe de huir como si lo hiciera de un perro rabioso es justamente de aquello que las llevó a su fin, esto es, las drogas, la violencia física y la pornografía.

Abigail, Berenice y Claudia, las famosas chicas Altamira perdieron el rumbo por ceder de a poco en cada una de estas perversiones. Es tiempo que rezumba en la conciencia de mi colonia lo que bien se pudo haber hecho en favor de las chicas y que no se hizo.

Hace unos días, justo cuando transitaba por ese convento de Santa Rita, me topé de golpe con esa rebelde inscripción que me hizo recordar y tomar la pluma para desenterrar el triste desenlace de esas damitas tan libres y tan locas, sí, de ese ABC del barrio loco de las Cachemiras. El asunto fue tan sonado que al día de hoy se toma como referencia con un ¿Antes o después de las Altamiras?

Abigail se dedicó a la prostitución virtual por algunos años. Comerciaba fotos y videos personales por internet y justo a los 23 murió víctima de un asesino que había logrado convencerla para un encuentro.

No hace mucho estuve leyendo una entrevista que se le hizo aMary AnneLayden, coautora y directora del programa de traumas sexuales y psicopatología de la Universidad de Pensilvania, en los Estados Unidos. Me llamó mucho la atención sus aseveraciones con respecto a todos aquellos quehurgancon ahínco en páginas pornográficas. Indubitablemente apoyo su tesis de que muchas de estas víctimas del oteo obsceno creen que su desempeño sexual va a mejorar cuando la realidad es que lo único que causa es una gran diversidad de trastornos físicos y emocionales que van desde eyaculaciones precoces, disfunciones eréctiles, inseguridady problemas para relacionarse. Es notorio el hecho de que aumenta la depresión, la infelicidad y el rompimiento con enseñanzas ancestrales sobre el respetar al cuerpo. Son muchos los estudiosos que han incitado a la juventud a buscar por sí mismos lo que la sociedad trata de encubrir como algo sucio y dañino. La verdad de las cosas es que la pornografía únicamente causa desilusión ytristeza. Su alto consumo en la pubescencia puede ser también unacausa de importancia en embarazos no deseados y por consiguiente el abandono de estudios. Sin más ni más, lautilizaciónfrecuente de pornografía causa una notable cifra la infidelidad a la hora del noviazgo y en el caso de los matrimonios aumenta el adulterio estratosféricamente.

Berenice, la mediana, se casó a los 19, pero a los 20 fue molida a golpes por su marido. Murió desangrada con todo y un bebé en gestación. Según el INEGI, de cada 100 mujeres, 46 son abusadas psicológica, patrimonial, emocional, física, económica y sexualmente. Esto nos debe de dar una idea de la gravedad del asunto. Muchos de estos abusos inician desde el noviazgo y curiosamente es permitido por jovencitas que ven aquellos actos de sometimiento, discriminación y control como “Sólo un juego” que se convierte con el paso de los meses y años, en dado caso de una unión matrimonial, en un abuso que muchas veces llega hasta la muerte.

Claudia, la más chica, fue encontrada muerta y en completo estado de descomposición en las ruinas de la antigua Hacienda de los Cuates.  Según los exámenes toxicológicos que se le realizaron, murió a causa de unenvenenamiento causado por la abundante inhalación de pegamento amarillo. A nadie se le hizo extraordinario que terminara así, hacía tiempo que se le veía vagar demacrada y en condiciones de notable indigencia.

Según la Encuesta Nacional de Drogas en Estudiantes tuvo a bien afirmar hace un par de años que el consumo de sustancias toxicas en sus diversas manifestaciones han tenido un incremento lo bastante escandaloso, siendo la mariguana el tóxico natural más buscado por los jóvenes. En el pasado el sexo femenino tenía niveles casi nulos en dicha problemática. Hoy los estudios revelan que no hay mucha diferencia en el consumo de estupefacientes en un sexo y en el otro. Se ha hecho notar así mismo que una gran cantidad de niños en edad escolar, principalmente quienes cursan los grados de quinto y sexto, han consumido algún tipo de droga.

Sin duda alguna el huir de estas tres calamidades, a decir, drogas, violencia y pornografía, es la única manera de sentirse satisfechos con uno mismo, anhelar a la vida. La dependencia causa adicciones y las adicciones miseria.

La maldad o la depravación del alma y del cuerpo no suceden de la noche a la mañana, es un proceso lento que va corrompiéndolo todo de modo inmisericorde. Lo que comienza por ser una tímida tentación pasa de ser, luego de ser probada por primera o segunda vez, en una debilidad. Tales sensaciones de dependencia comienzan siendo como un amanecer en el que los tiernos rayos de luz comienzan a llegar hasta iluminarlo todo. El alma humana es capaz de resistir hasta lo indecible si se posee la fiereza del amor propio, de saberse importante y con una alta autoestima.

Que nuestra bandera de “Libres y Locas” se justamente eso, una búsqueda constante de la libertad emocional conservando esa locura por lograr cada una de las metas propuestas.Que nuestro ABC sean el Amor propio, la Bravura interior y el Coraje ante la decadencia para salir de cualquier situación por más complicada que esta sea pues, al final, siempre habrá algo, alguien que nos estará esperando o algo por el cual emprender una nueva lucha. Adieu.

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