El Casino nacional de Piedras Negras estaba a reventar y Jorge Torres López, hoy al borde de la muerte,gozaba de lo benigno de una perinola a su favor mientras se bebía un ligero wiski. Celebérrimo como se sentía y vigilado muy de cerca por una decena de guaruras, festejaba a los novios mientras que a pocos kilómetros de ahí, algunos ciudadanos eran llevados y desaparecidos por el crimen organizado. Ante la desesperación de lo que sucedía, algunos afectados que tuvieron a bien lograr llegar a los pies de su gobernador, solicitaron su expedita ayuda. El jerarca de garbo invulnerable dijo que sí, pero no dijo cuándo y apenas terminó de beberse su último wiski, fue llevado convehemencia fuera de la ciudad.
La perinola del poder es caprichosa y eso nos quedó muy claro cuando el entenado del otrora también buscado por la justicia, Rogelio Montemayor Seguy, pasara por puritita “Suerte” por la alfombra roja que lleva a la casa rosada de la capital Coahuilense para sentarse en el trono que “honorablemente”le dejara Humberto Moreira.
Sentado a la mesa de juego con su apariencia de don nadie pero con la actitud de un tahúr, Torres tomó la perinola entre sus mofletudos dedos y miró a sus contrincantes. Ante el horror de que cubrir un interinato de diez meses no le dejaría mucha ganancia les rozó a discreción las rodillas pasándoles bajo la mesa algunos billetes y al final, cuando la perinola giró y giró hasta caer de lado gritando un “Toma todo”, nuestro Jorge se avasalló víctima de una desenfrenada codicia al grado de ser acusado desviar dinero del erario y de lavar dinero en la Unión Americana. Su renuencia a presentarse en la Corte del Sur de Texas lo arrastró a ser fichado como indeseado en aquel país y convertirse en uno de los más buscado por la DEA. Por obvias razones muchas de sus propiedades, que como es clásico en los exgobernadores furtivos por corruptos, fueron confiscadas y congeladas sus cuentas.
Debido a la vertiginosa voracidad con la que engulló Coahuila le vinieron flojas aquellas dos frases que en otros tiempos evidenciaron el descaro de la grey política de la alta alcurnia como las de CésarGarizurietay Alonso Godoy Pelayo. El primero, escritor y diplomático veracruzano que por vivir casi siempre como parásito, se atrevió a decir sin miedo a nada un “A mí no me den, nomás pónganme donde hay. El segundo, Alonso Godoy y su frase: “Yo no cobré, a mí me pagaron”, sentencia que rebasa todo tipo de cinismo. Este último no supo ni cómojustificar el mínimo faltante de poco más de diez millones de pesos.
Jorge Torres siempre fue un simplón que a todas luces bien podría haber sido un estudiante universitario de buenas notas compradas. Siempre fue un comodín que era utilizado por propios y extraños para que les hiciera favores. Y tal cual, cuando llegó a lo más alto de lo que podía aspirar un tipo como él, vino a posesionarse “Hay nomás pa que no digas, Jorge” en un insípido interinato a la alcaldía de Saltillo y posteriormente a otro igualmente burlesco y por algunos meses a Gobernador.Bajo la investidura delantes mencionado dirigente estatal Rogelio Montemayor, tuvo breves momentos de gloria en puestos como director general de Promoción y Fomento Económico del estado, entre otros.
Cuando este achaparrado muñequito, también Tesorero y Contralor, desapareció de la faz de la tierra, todos viraron su rostro hacia las cúpulas del tesoro estatal y claro, estaban vacías. Con el paso de los días se le fueron fincando otros delitos que por penosos y vergonzosos lo obligaron a ocultarse como los topos en lo más cavernosos de la tierra… pero la perinola seguía girando y girando como invocando a un karma que nadie sabía cómo, cuándo o dónde haría acto de presencia.
Jorge Torres ni cuenta se dio cuando la mano de la justicia tomó la perinola para volver a ponerla en acción. Por mucho tiempo esta estuvo girando y girando, como igual nuestro personaje lo hizo en un tacón con cientos de miles de pesos en los bolsillos.
Por esto y por muchas otras cosas, le bastaron diez meses a nuestro paisano Jorge Torres para convertirse en uno de los personajes más amados, odiados, perseguidos y buscados de todos los tiempos. Le bastaron unos segundos para ver caer la perinola del poder cuando un infarto al miocardio severo lo colocó en ese trampolín del abismo de la muerte y saberse en la muy elevada posibilidad de ser tomado prisionero.¿Cómo iba a creer este hombre de torpe apariencia que pasaría desapercibido ese envío de 2.8 millones de dólares a un banco de Bahamas? Poderoso ante sus gobernados y hundido por el Karma, hoy Jorge Torres Flores se recupera en un hospital privado en Monterrey. Aun y cuando las pruebas lo condenan, en Coahuila no se le busca y por otro lado EEUU no puede echar mano de él sin autorización, jaque mate a la justicia. No hay nada más vergonzoso que una madre encubriendo los actos delictivos de un hijo, ni la de una nación soportando la bajeza de una horda de porros inútiles jugando a dirigirla.
Una de las grandes maravillas de la sociedad mexicana es el hecho de que en la vida real nadie quiere ser gato de nadie, esto es, ser servil a otro. Cosa curiosa y muy diferente es en la sociedad mexicana, pero ahora políticamente hablando en la que los que iniciaron como gatos pasaron a ser ratones como por obra de unbibbidi-bobbidi-boo de un hada. En un santiamén la divina perinola del poder manipulada por los grandes zares de la corrupción los colocó desde auxiliares de tal o cual llamamiento hasta diputaciones al servicio de la perdición. La verdad clara y transparente es el hecho de que aquí no existe ninguna otra magia que no sea la mafia del poder amparada por la estupidez de un lectorado en tropilla que como por obra de un hechizo, sigue fiel a un amo que lo ha empobrecido por décadas y décadas. En este secuestronacional es preferible no hablar de partidos políticos pues es bien sabido que tanto uno como el otro tienenun índice de maldad muy elevado que por dominante y ruin, el salir del empobrecimiento colectivo en el que nos encontramos será prácticamente imposible.Adieu.
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