Toman clase en escuela a punto de derrumbarse

0
680

MAZATLÁN.- La psicosis vivida a partir del sismo de 5.1 grados que cimbró a Culiacán el 22 de septiembre y tras los lamentables hechos acontecidos en la Ciudad de México y otros estados, como Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Tabasco, ha ocasionado ausentismo, deserción de alumnos y hasta que los menores usen cascos para tomar clases en la primaria pública Álvaro Obregón, de Culiacán.

Hasta ahora, tanto padres de familia como personal docente siguen esperando que la Secretaría de Educación Pública y Cultura y el Instituto Sinaloense de la Infraestructura Física Educativa entreguen los resultados del dictamen estructural del plantel para saber si es seguro o no que dejen a sus hijos en estas instalaciones: «Entiendo que esas situaciones no se pueden tomar a la ligera, tienen que hacer un dictamen bien a fondo, estudiar la propuesta. A lo mejor el tiempo es el adecuado. La situación que aquí es que los papás están en incertidumbre», declaró la directora Marcela de los Ríos.

PELIGRO INMINENTE

Mientras esa información llega al plantel, la profesora Maricarmen Lizárraga ha sido la primera en colocar en su salón de clases cascabeles que cuelgan del techo, con la idea de que sirvan de alerta sísmica.

“Se me ocurrió por la cuestión de que si hay un temblor, empiecen a sonar. Ya hicimos un simulacro para saber cómo salir”, explicó.

Sin embargo, apenas 413 niños de los aproximadamente 670 alumnos que tiene el plantel acudieron a clases el día de ayer, y el día anterior solo un promedio de 300 niños se presentó a clases, algunos de ellos incluso utilizaron cascos como medida preventiva, comentaron las maestras.

“Los cascos son una estrategia que implementaron los papás, no es una indicación de la escuela ni mucho menos, son los mismos papás que en su desesperación no hallan la manera”, dijo la directora de la escuela, Marcela de los Ríos.

AÑOS DE INSEGURIDAD

De acuerdo con las declaraciones de la directora y de Mirary de López, madre de familia de tres alumnos, el miedo que sienten no surgió a raíz del sismo, sino a partir del desprendimiento de uno de los techos ocurrido el año pasado.

“Lógico que te da preocupación de que si ocurre un accidente, que se lastime algún niño, de las personas que entran porque del enjarre que cayó, le cayó a una madre de familia”, aseveró la directora.

Hecho que en su momento ocupó la atención de los papás de los alumnos, por lo que la mayoría aportó unos 50 pesos para pagar un dictamen de la estructura con un particular. El dictamen fue que era necesario reforzarla, relató la señora De López.

La falta de mantenimiento en el plantel es algo que ha permanecido, mencionaron las interesadas, pues ya son 78 años en que la escuela ha brindado la atención a los niños del sector sin que grandes remodelaciones o trabajos de reforzamiento en sus pilares o estructuras se hayan realizado. Apenas los pocos trabajos que ha recibido el plantel han sido gracias a los padres de familia, aseveró la directora:

“Ellos son los que han estado pendientes con las cuotas voluntarias, reparación que se requiere; baños, focos, pintura, tapar hoyos, todo lo que es el mantenimiento general”, dijo.

SIN RESPUESTA

Desde el accidente ocurrido en 2016, las autoridades fueron notificadas, informó la directora; sin embargo, hasta ahora con la psicosis entre los padres de familia se hizo más evidente el tema. Ahora las interesadas solo esperan la respuesta del dictamen, así como que se cumpla la palabra del alcalde de Culiacán, Jesús Valdés, de donar cinco millones de pesos para las mejoras.

Asimismo, el día de ayer la directora envió a Protección Civil Estatal la petición para que acudan a la primaria a enseñarles a realizar un simulacro. Esperarán su respuesta.

Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!