Suspenden servicios de libros y películas de Apple en China

iBooks Store y las Películas de iTunes fueron cerradas en China

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Apple / Foto: Agencia

Parecía que Apple iba a ser la primera compañía norteamericana que entraba en China enarbolando la bandera de la libertad y sorteando la censura. Y pese a que la compañía haya tenido algún que otro encontronazo en el paso, hasta ahora ha pasado con bastante facilidad los férreos controles chinos.

Y es que aunque el iPhone sea un absoluto líder en ventas (si lo comparamos con cualquier otra compañía extranjera), Apple se está enfrentando por primera vez a los controles que el Gobierno Chino somete a las empresas de los Estados Unidos, algo que podría dar a entrever que las relaciones entre Cupertino y Pekín pueden estar, en parte, debilitándose.

De hecho, la semana pasada la iBooks Store y las Películas de iTunes fueron cerradas en China, solo seis meses después de que el servicio se pusiera en marcha en el país asiático, según informa el NYT. Lo más preocupante del asunto es que Apple tenía autorización del Gobierno Chino para poner en marcha sus servicios en la región.

Ahora, el regulador, la Administración Estatal de Prensa, Publicación, Radio, Cine y Televisión, ha reafirmado su autoridad respecto a las compañías americanas y ha exigido el cierre de los servicios y dejado a Apple en la estocada después de realizar la inversión en la infraestructura.

“Esperamos poner los libros y películas disponibles de nuevo para nuestros clientes en China tan pronto como sea posible” -Portavoz de Apple al NYT.

Mientras, la compañía espera solventar el problema, pero lo cierto es que solo hay dos posibilidades: que esto simplemente sea un toque de atención para la compañía, o que realmente China quiera meter a Apple de forma permanente en el filtro que tienen que pasar los contenidos que ven sus ciudadanos.

No obstante, tal como están las cosas en China, esto tiene vistos de no terminar bien a corto plazo. Además, como venimos diciendo, este movimiento de China contra Apple demuestra que la empresa también es vulnerable al escrutinio al que el resto de compañías tecnológicas estadounidenses se llevan enfrentado en los últimos años.