Sobrevive ocho días en el desierto en busca del llamado “sueño americano”

El deseo de mejorar su calidad de vida lo ayudó a permanecer tres días sin tomar agua ni consumir alimentos bajo temperaturas superiores a 40 grados

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El deseo de mejorar su calidad de vida y ofrecer un mejor futuro a sus seres queridos, son los principales motivos por los que diariamente cientos de personas se arriesgan a perder la vida al intentar cruzar al vecino país.

Tal es el caso de Elder Robledo Vázquez de 25 años de edad quien es originario del pequeño municipio de Escuintla, Chiapas de donde salió en busca de cumplir el sueño americano.

Entrevistado en la sala de espera del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM), se lograba apreciar en el rostro de Robledo Vázquez la angustia de haber sido deportado del vecino país, al cual se internó el pasado 25 de mayo, pero que por un descuido de un compañero al circular a exceso de velocidad, fue detenido por elementos de la Border Patrol.

El oriundo de Chiapas menciona que cruzó la frontera con un grupo de amigos a través del desierto de Sonora, travesía que duró ocho días, de los cuales tres los pasó sin probar alimento ni ingerir agua.

“Fue algo muy difícil, en el desierto la temperatura era muy alta, y todo se dificultó cuando nos quedamos sin agua ni alimento, afortunadamente salimos con vida y logramos llegar a Estados Unidos”, relató Elder.

Después del calvario que vivió el joven, durante las pocas horas que permaneció libre en territorio extranjero pensaba en laboral en la construcción, actividad que es más frecuente para los inmigrantes.

Sin embargo la suerte de Elder cambió al ser sorprendidos por autoridades extranjeras, ya que de inmediato lo detuvieron al no contar con documentos legales que avalaran su estancia en el extranjero, por lo que estuvo en prisión por dos meses hasta que fue deportado a territorio mexicano por esta frontera.

Ahora sólo espera regresar a su tierra natal, para reunirse con su familia, en especial con sus dos hijas.

Para finalizar la entrevista Elder Robledo agradeció a Dios el que no le pasará nada grave durante su recorrido ya que el calor en el desierto en algún momento lo estaba acabando.