Revelan los diarios del oficial nazi Heinrich Himmler

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CDMX.- Heinrich Luitpold Himmler, jefe de la SS (policía nazi) y uno de los hombres más cercanos a Adolf Hitler además de Göring, se suicidó el 23 de mayo de 1945. Durante sus funciones bajo el mando del Führer, ordenó el asesinato de miles de personas. Era capaz de exterminar a a cientos de mujeres y niñas judías y acto seguido irse a cenar.

De acuerdo a Abc, Himmler mordió una cápsula de cianuro y murió en quince minutos, “luego de ser descubierta su siniestra identidad en un centro de detención del Ejército británico”.

Después de 71 años de su deceso, los diarios de este personaje salieron a la luz publicados por entregas en el periódico alemán Bild. Fueron encontrados en los archivos del Ejército Rojo, en el acervo militar de Podolsk.

No se trata de textos escritos por el mismo Himmler sino un recuento de sus sanguinarias actividades, hecho por sus asistentes. A lo largo de mil páginas, señala Abc, resalta la condición psicópata de Himmler: una ausencia de empatía ante su realidad.

“El jefe de las SS es un asesino imperturbable, capaz de simular una modélica vida familiar, o de entretenerse con una partida de cartas, o un banquete o una película, mientras está enviando a la muerte cada día a millares de inocentes”, indica el diario español.

Los diarios, que han sido verificados por el Instituto de Historia Alemán, fueron recibidos con cautela tras la estafa, en 1983, de unas falsas memorias atribuidas a Hitler.

Entre muchos otros datos que esbozan la personalidad de Himmler, uno de los datos que resaltan es su aversión a la sangre. Y es que en 1941 “estuvo a punto de desmayarse al resultar salpicado por trozos de cerebro de un judío, tiroteado en la cabeza durante una ejecución masiva”, detalla el medio español.

Damian Imoehl, uno de los periodistas alemanes que halló el material, resume así la psicología de este asesino de masas: “Lo más interesante es la combinación de padre cuidadoso y asesino a sangre fría”. Porque Himmler era un padre protector que procuraba a su esposa, hijos y amante. Incluso se dice que les ocultó el genocidio. Y por otro lado, cumplió de manera fría e implacable el mandato de Hitler: exterminar a miles de inocentes.