¿Qué se sabe sobre “Sur”? La moneda común que proponen Brasil y Argentina

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BRASIL.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo argentino, Alberto Fernández, defendieron el lunes que se avance en un proyecto de moneda común en la región para transacciones comerciales, que permita dejar de depender del dólar.

La divisa posiblemente se llamaría “Sur”. Los gobernantes de ambos países ya habían adelantado las líneas generales de este proyecto en un artículo periodístico publicado en el diario Perfil durante el fin de semana, en el que dijeron que tenían la intención de “superar las barreras a nuestros intercambios, simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales”.

“También se tomó la decisión de avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y reduciendo nuestra vulnerabilidad externa”, afirmaron los mandatarios.

“Junto con nuestros socios, queremos que el MERCOSUR sea una plataforma para nuestra integración efectiva al mundo, a través de la negociación conjunta de acuerdos comerciales equilibrados que respondan a nuestros objetivos estratégicos de desarrollo”, añadieron en el documento.

“No sabemos cómo podría funcionar una moneda común entre Argentina y Brasil, y tampoco sabemos cómo funcionaría una moneda común en la región, pero lo que sí sabemos es cómo funcionan las economías dependiendo de monedas extranjeras, y sí sabemos lo nocivo de todo eso”, aseveró Fernández en reunión con su par brasileño en esta semana.

Desde el domingo, el Financial Times informó sobre la idea. Se informó del trabajo preparatorio conjunto para tener una nueva moneda que no solo incluiría eventualmente a los dos países más grandes de la región, sino que invitarían a otros países. Con esto se crearía “el bloque monetario más grande del mundo”, después del euro, según el diario.

“El enfoque inicial será cómo una nueva moneda, que Brasil sugiere llamar “sur”, podría impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar estadounidense”, dijeron funcionarios citados por el diario.

Una idea que no es nueva, ¿es factible?
El año pasado, el actual ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, publicó un artículo firmado también por Gabriel Galipolo en el diario Folha de Sao Paulo, en el que planteó “un proyecto de integración que fortalezca a América del Sur”.

“La moneda sería emitida por un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial hecha por los países-miembros en proporciones acordes con las respectivas participaciones de cada país en el comercio regional”, escribieron Haddad y Galipolo.

La idea también ronda en la región desde los orígenes del Mercosur, pero fue quedando sepultada con el paso del tiempo y hoy no existen muchos ánimos de revivirla por parte de otros pares latinoamericanos, menciona La Nación.

Así, la creación de una moneda en común, en principio, orientada al comercio internacional, sería el primer paso, pero, ¿es esto posible?

María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores Económicos, dijo a The Associated Press que lo anunciado por los presidentes parece ser “un mecanismo para realizar el intercambio comercial sin que se requiera el uso de divisas; no supone reemplazar las monedas como se hizo en la Unión Europea”.

Al ponderar las dificultades, apuntó que el proyecto requiere “lograr más comercio y movimiento de capitales”, lo que se dificulta en el caso de Argentina por las trabas existentes para el acceso al mercado de divisas.

Para Guido Lorenzo, director ejecutivo de la consultora LCG, indica La Nación, la moneda común para compras y ventas entre países sería un mecanismo similar al swap que el país firmó con China en 2011. “Es decir, lo que le falta a un país o le sobre al otro, quedaría a favor o en contra de la tenencia de la moneda. Implica que no tenga repercusión para el día a día. Si la balanza comercial es deficitaria, no se le deben a Brasil dólares, sino que se quedaría con esa moneda y nos estarían financiando”, explicó.

“Para flujos comerciales y financieros”
“Este proyecto inicial buscaría no usar divisas, sino esta moneda propia, para flujos comerciales y financieros. Pero ese mecanismo ya está vigente desde 2019, aunque en la práctica no es muy utilizado. Entiendo que el objetivo es revitalizarlo, lo que sería una buena noticia, porque el Mercosur pasó de ser una explosión de comercio interregional en su orígenes, a estancarse o incluso retroceder en los últimos años, especialmente por políticas del kirchnerismo y el PT [Partido de los Trabajadores]. Hoy el problema de la Argentina es el cepo, que limita los movimientos y acceso a las divisas”, coincidió María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos.

Este punto fue mencionado esta tarde por el ministro de Economía, Sergio Massa, quien mencionó que desde el año 2008, Argentina tiene un acuerdo de monedas que junto con Brasil administran los bancos centrales, con el objetivo de “no quedar atados a los shock externos” que puede tener el dólar, el euro o los yuanes.

“El camino hacia una moneda común, debe comenzar por utilizar el sistema de pesos-reales para comercio bilateral. El primer paso concreto es que ambos bancos centrales se otorguen crédito reciproco con plazo de un año”, comentó a La Nación al respecto Martín Redrado, expresidente del Banco Central.

Marcelo Elizondo, analista de negocios internacionales y presidente de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), señaló que el proyecto está previsto en el artículo 1 y 2 del Tratado de Asunción de 1991, constitutivo del Mercosur. “En realidad, llegan 30 años tarde”, agregó.

Según agregaron fuentes cercanas al Palacio de Hacienda, en diálogo con La Nación, una vez que se avance en la cuenta corriente para comercio exterior se buscaría pensar en una moneda común transable algo que no implicaría el abandono de las monedas individuales de cada país. Para los economistas, eso ya es más difícil de llevar adelante.

“¿Quién va a emitir la moneda? ¿Cómo se va a coordinar la política de emisión? ¿A cuánto cotizará? Porque nuestra cotización oficial está muy por debajo de los valores del mercado. ¿Es compatible ese doble estándar con una moneda en común? En principio, no. Convengamos que se tienen que coordinar políticas monetarias entre bancos centrales, que son muy diferentes. En Brasil hay una carta orgánica donde le da autonomía absoluta, cuando en la Argentina en la práctica depende del Ejecutivo y está sometido a la coyuntura”, apuntó Elizondo.

Según Castiglioni, en caso de llevarse adelante el plan del oficialismo, el mayor beneficiado resultaría Argentina. Al tener una “meta superior”, podría ayudar a ordenar los números, a las instituciones y fortalecer el cumplimiento de ciertas normas. También tiene sus contras. Como sucedió en la crisis de subprime en Europa, cuando ciertos países enfrentaron mayores dificultades que otros.

Las posturas
México rechazó sumarse la idea de crear una moneda común en América Latina, dijo este martes el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

“Nosotros no estaríamos de acuerdo. Nosotros por muchas razones tenemos que seguir manteniendo como referencia al dólar”, dijo el mandatario izquierdista durante su conferencia de prensa matutina.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este lunes que su país respalda la creación de una moneda común para Sudamérica. “Yo anuncio que Venezuela está preparada y apoyamos la iniciativa de crear una moneda latinoamericana y caribeña”, dijo el mandatario nacional desde el llamado balcón del pueblo, en el Palacio de Miraflores (sede de Gobierno), luego de encabezar una marcha contra las sanciones.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, manifestó este martes, durante su intervención en la VII Cumbre de la Celac, las dudas del Ggbierno ecuatoriano en relación con la moneda común propuesta por Brasil y Argentina. “¿De qué sirve un proyecto de moneda común si países pequeños no podemos vender camarón o banano a los grandes mercados latinoamericanos?”, planteó el canciller ecuatoriano.

Argentina sufre una de las tasas de inflación más altas del mundo -casi 95% en 2022- y su peso se deprecia constantemente desde hace más de una década. El país cuenta con varios tipos de cambio, entre ellos uno ilegal en el que los argentinos se refugian para atesorar ahorros.

Brasil no es un faro de estabilidad económica. Su tasa de inflación en 2022 fue de cerca de 5.8% y el real ha perdido la mitad de su valor frente al dólar desde 2014. Las perspectivas de crecimiento del país más grande de América Latina siguen siendo débiles y no ha registrado un superávit presupuestario primario desde 2013.

El predecesor de Lula, Jair Bolsonaro, dijo durante una visita a Argentina en 2019 que él y el entonces presidente Mauricio Macri estaban dando un primer paso para crear el “peso-real”. Desde entonces no hubo señales de avance.

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