Nuestra historia reciente es un thriller político: Luis Kelly

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Poder asesino utiliza las tecnologías conocida como “Realidad Aumentada”. Apoyados con un dispositivo móvil, los lectores pueden acceder a animaciones, clips periodísticos, poemas y música. (Agencia El Universal)

CDMX.- Un presidente empeñado en minarle el camino a su posible relevo, una matanza de campesinos ordenada por un gobernador, un capo de la droga que brinda con los generales que debieran perseguirlo y un candidato ejecutado en plena campaña son algunas de las historias incluidas en “Poder asesino”, novela gráfica interactiva de Luis Kelly, que narra, reelaborados con las herramientas de la ficción, algunos de los pasajes más crudos en la historia reciente de México.

“Es un thriller político y un resumen de la historia contemporánea de este país. Todas estas historias, por inverosímiles que parezcan, han ocurrido en verdad”, señala Kelly, quien además de escribir el guión, concertó a artistas gráficos, diseñadores y animadores e incluso consiguió financiamiento para arrancar el proyecto.

Cineasta, fotógrafo y guionista, Kelly debutó en 1985 con “Calacán”, filme influenciado por la estética de José Guadalupe Posada, y más tarde dirigió el documental “Alex Lora: esclavo del rocanrol”. Se define a sí mismo como “un amante de la imagen y seguidor empedernido de la historia contemporánea del país”.

“Poder asesino” deriva de un hábito adquirido por su labor como documentalista, pues Kelly revisa cada mañana entre cinco y siete periódicos en busca de historias: lee, marca, subraya, separa, ordena. “Mis proyectos personales tienden mucho a lo documental. Reviso los diarios con el deseo de encontrar temas. Empecé a reunir notas sobre narcotráfico, sobre las muertes y desapariciones de periodistas, temas obligados porque es lo que está sucediendo en nuestro país. Con ese material empecé a escribir un guión cinematográfico”.

En paralelo al guión, Kelly trabajaba en esos momentos en un documental sobre migrantes y tuvo que viajar a varios puntos de la Unión Americana, alojándose en casas de connacionales. Allí, sin esperarlo, encontró otro ingrediente de Poder Asesino: la estética del Libro Vaquero. “Nos quedábamos en casas de migrantes: gente muy culta, muy inteligente, muy comprometida en lo político, y siempre estaba presente el Libro Vaquero. Luego descubrí que de esa publicación se hace un tiraje de un millón 600 mil ejemplares a la semana, y llegué a la conclusión de que con esa estética de cuerpos voluptuosos tenía que contar mi compilación de historias ocurridas en México. La realidad del país es tan voluptuosa, tan fuerte, tan agresiva, que sólo así podía retratarla”.

El siguiente paso fue concentrar todas las historias, y fue entonces cuando surgió otro problema: ¿cómo podía hacer que convivieran sucesos de la década de los 80 con problemas muy recientes? “De mi revisión de los periódicos empecé a ver que dominaban ciertos temas, y decidí hacer un guión en el que, a través de un sólo personaje, juntara todos estos temas. No para explicarlos, sino para que no se nos olviden”.

Poder asesino utiliza las tecnologías conocida como “Realidad Aumentada”. Apoyados con un dispositivo móvil, los lectores pueden acceder a animaciones, clips periodísticos, poemas y música. A lo largo de las casi 300 páginas de la novela, es posible interactuar en más de 20 ocasiones con estos contenidos que contextualizan a la novela en la realidad de México e imprimen a la lectura un ritmo cinematográfico. “En el plano interactivo puedes pedirle más: un poema, música sinfónica de Silvestre Revueltas, o una nota sobre hechos que sucedieron”.

Una vez solucionados los retos artísticos y técnicos, Poder asesino planteó un reto económico: producir el libro costaba, más o menos, $360 mil. La solución llegó a través del esquema crowdfunding, donde los lectores, a cambio de recompensas, aportan dinero para que un proyecto pueda realizarse: “estuvimos tres meses en fondeadora, teníamos que juntar $360 mil y juntamos $380 mil, lo que nos permitió imprimir una edición de mil ejemplares que enviamos a quienes aportaron dinero. Después, Trilce ediciones retomó la novela e imprimió una edición aparte que ahora está distribuida en librerías. Débora Holtz (directora y editora de Trilce) me dice que es la primera vez que los lectores fondean un libro que quieren leer”.