Muere don Ricardo Espinoza, famoso en la televisión de Monterrey

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MONTERREY.- Reconocido por su buen decir y su mejor ser… en público o en privado, Don Ricardo Espinosa hablaba lo mismo de Vivaldi, de Einstein o de Rigo Tovar… su verbo navegaba entre la línea sutil de la elegancia y la picardía. Y sus escritos, o eran reflexivos o apabullantes.

Siempre estaba dispuesto a resolver dudas y su segmento, en prensa y televisión, en la punta de la lengua, vino a despojar a la cultura de su aburrido ropaje para impartir conocimiento de forma amena y con humor.

Colaborador de decenas de periódicos, usuario asiduo de redes sociales, fue un tribuno incansable para difundir lo más nuevo, o la historia de sus amigas las palabras.

Pionero de la televisión en Monterrey, publicista de los buenos, licenciado en economía, se convenció que era malo para los números y muy bueno para las letras y comenzó a escribir libros. Uno, dos, tres… hasta completar veintiuno, publicados en México y en España.

Colaborador de decenas de periódicos, usuario asiduo de redes sociales, fue un tribuno incansable para difundir lo más nuevo, o la historia de sus amigas las palabras.

Su cuenta de Twitter @comodijo se congestionaba por seguidores que querían responder sus acertijos que lanzaba en televisión, o para consultar alguna expresión para enamorar, para presumir, o simplemente para hablar correctamente.

Nunca tuvo miedo al público, ya en sus constantes conferencias, presentaciones de libros, o participaciones como actor de teatro y, recientemente, en sus intervenciones en el segmento humorístico-cultural de a la vuelta y vuelta.

A diario, temprano, se miraba al espejo y decía: “por algo será”. Y es que evocaba su niñez, plena de pesares, desde su nacimiento, por el mal trabajo de una partera borracha.

Y es que al cumplir cuatro años, su madre entró a la iglesia de rodillas para cumplir con la manda por conservarle a su flacucho hijo, con la boca abierta, la lengua de fuera, sus ojos dormidos.

Al darles, la bendición, el sacerdote, conocedor de que ‘ricardito’ a duras penas había sobrevivido, lo roció de agua bendita a la voz de “por algo será”.

Casado con Bertha Villarreal, con quien procreó a Gabriela, Mónica y Ricardo, recién llegaron a sus bodas de oro, sin celebración por la quebrantada salud de don Ricardo.

Su voz callará, pero su palabra no. Sus amigos, sus seguidores, anhelaremos sus enseñanzas, y, al tiempo de mirar al cielo, musitaremos: “por algo será”… para Telediario, crónica de Joel Sampayo.

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