Michel Temer asume presidencia entre protestas

55 votos a favor y 22 en contra

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Michel Temer / Foto: Agencia

El Salón Este del Palacio de Planalto lucía este jueves lleno cuando, pasadas las cinco de la tarde, Michel Temer, que acompañó a Dilma Rousseff como vicepresidente en la fórmula que ganó las elecciones de 2011 y de 2015, tomó el poder como presidente interino de Brasil, cargo que ejercerá el tiempo que el Senado se tarde en enjuiciar a la hoy mandataria suspendida.

Fue un día intenso, ya grabado en la historia política de este país, y que comenzó a las 6:33 de la mañana, cuando el Senado, tras una sesión de casi 21 horas, votó por 55 votos a favor y 22 en contra, iniciar el juicio político contra Rousseff, por haber recurrido a ardides contables en el informe de las cuentas públicas en el periodo 2014-2015.

La celebración fue sobria: apenas el impeachment triunfó y se oyeron aplausos, el presidente de la Cámara Alta pulsó un timbre para acallarlos.

A las 11:13 de la mañana, Rousseff, de 68 años, dio su último discurso como presidenta en funciones, en el mismo Salón Este, flanqueada por decenas de ministros salientes, algunos de los cuales lloraban. “He cometido errores, pero no he cometido ningún crimen”, dijo. Atrás de ella, en silencio, estaba su mentor, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien enfrenta, a su vez, cargos por corrupción.

Los partidarios de Rousseff, enfurecidos, consideran que el impeachment es un golpe de estado y amenazaron con realizar protestas a gran escala y huelgas. Los enemigos de la mandataria insisten en que violó la ley y que los profundos problemas políticos, sociales y económicos del país solo pueden solucionarse si la presidenta sale del poder.

Si durante el juicio, cuyo calendario está por definirse, dos tercios de los 81 senadores (54) votan a favor de deponerla, Dilma perderá el mandato definitivamente y el Partido de los Trabajadores (PT) abandonará el poder en Brasil por primera vez en 13 años.

Después de que Rousseff fue notificada de su suspensión, Temer, de 75 años, asumió de forma interina la presidencia. En caso de ser declarada culpable, él terminará el mandato en 2018. “Mi primera palabra para el pueblo brasileño es: ‘confianza’”, dijo Temer en su discurso de asunción, en una sala desbordada de senadores, gobernadores, militares y aliados del nuevo gobierno. Temer continuó: “Confianza en los valores, en el carácter de nuestra gente, en la vitalidad de nuestra democracia, en la recuperación del gobierno nacional”.

A la mañana, el mismo sitio que con Temer parecía un salón de fiestas, había lucido como una sala fúnebre. Rousseff habló entonces frente a un centenar de periodistas, rodeada de su gabinete y sus partidarios, que la recibieron gritando: “¡Dilma, guerrera, la patria brasilera!”.

Cuando terminó su discurso, se retiró por un pasillo y volvió a emerger afuera del Palacio, frente a unos tres mil seguidores que gritaban en contra de Temer, con carteles, banderas y sombrillas, bajo el sol fortísimo del mediodía de Brasilia.