NUEVO LAREDO.- Este sábado 6 de diciembre las Enfermeras celebran su día, una profesión que no tiene descanso cuando se trata de una asistencia médica, aunque quienes ejercen esta rama, no sabían que la realizarían.
María Isabel Molina Calisto, quien lleva 28 años ejerciendo su oficio como Especialista en Pediatría, siempre en hospitales del gobierno del estado, y su decisión de dedicarse a la enfermería fue cuando un sobrino necesitaba la ayuda de una.
“Una vez se enfermó un sobrino y no teníamos quién lo inyectara ni cuidara, por eso me incliné, me identifique y estudié para enfermera, para cuidar y ayudar a la familia, pero luego vino el trabajo en los hospitales”, narró.
Comentó que tiene una hermana gemela, quien también se dedicó a la enfermería, aunque ella labora en el Seguro Social, pero siempre con la misma convicción, poder ayudar a los demás cuando necesitan.
Dijo que uno de los obstáculos más difíciles de la carrera es lidiar con la muerte, pues su trabajo básicamente al igual que los médicos, es prevenir que un paciente muera, pero cuando está fuera de las manos de la medicina no pueden contener la decisión del destino, además de dar las malas noticias a los familiares.
“En la familia, es difícil cuando un hijo se enferma, aunque nos dedicamos a la aplicación de medicamento, inyecciones y otras curaciones, cuando se trata de hijos, es más complicado, pues sienten el dolor, y allí prefieren buscar un colega que pueda atender a los familiares”, expresó.
Agregó que cada seis de enero, Día de la Enfermera lo celebran trabajando, desde temprano hacen un pequeño convivio, una oración y dan gracias por el trabajo que ejercen, y posterior a ello siguen trabajando, ya que la salud no descansa.
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