Llega polémica cinta alemana sobre aborto

0
683
24 Semanas llega a México de la mano de su directora, para un puñado de funcio24 Semanas llega a México de la mano de su directora, para un puñado de funciones dentro de la XV Semana del Cine Alemán nes dentro de la XV Semana del Cine Alemán. (laizquierdadiario.mx)

La joven cineasta alemana Anne Zohra Berrached apuesta por la polémica porque al abordar tabúes en sus películas, dice, la gente se atreve al fin a debatir sobre ellos. Su primer filme de 2013, Dos madres (Zwei Mütter), trata de una pareja de lesbianas que buscan a un donador de esperma para ambas embarazarse; el segundo, 24 Semanas (24 Wochen), expone el dilema de una mujer que debe decidir si aborta a los seis meses de gestación al saber que su hijo tendrá síndrome de Down.

Hoy, 24 Semanas llega a México de la mano de su directora, para un puñado de funciones dentro de la XV Semana del Cine Alemán —tres en Cineteca Nacional y dos en salas comerciales—, después de ser la única cinta producida en Alemania incluida en la selección oficial de la pasada 66 edición de la Berlinale y de presentarse en festivales de 14 países, aunque en Estados Unidos literalmente se le vetó.

“Mi película no quisieron ni verla en EU por el tema. Ni el Goethe-Institut de Nueva York quiso exhibirla ¡Y es el Goethe!”, comenta en entrevista Berrached. Agrega que tampoco hasta hoy se ha podido vender la cinta para su exhibición comercial en México, donde el debate en torno al aborto está en un punto crítico tras la aprobación en el Congreso de Veracruz de una contrarreforma constitucional local impulsada por el PRI y grupos conservadores para criminalizar el aborto, y cuando un juez de Sonora impidió a una niña huichola interrumpir legalmente su embarazo producto de una violación.

La película 24 Semanas cuenta la historia de una célebre actriz de cabaret, Astrid Lorenz (Julia Jentsch), quien hasta los seis meses de embarazo (24 semanas) se entera de que su hijo tendrá síndrome de Down. La obstetra le explica a ella y a su novio que legalmente en Alemania la madre puede decidir interrumpir el embarazo por malformación o enfermedad grave del feto después de 12 semanas —e incluso al momento del parto natural—, sin que pueda ser criminalizada como ocurre en legislaciones de otros países, entre ellos México. Así que ella y su pareja Markus (Bjarne Maedel) deben decidir si abortar o parir a un hijo con esa malformación genética. Pero una complicación más agudiza el drama…

Según Berrached, optó por esta historia al enterarse de que abortan 90% de las alemanas cuyos fetos fueron diagnosticados con malformación después del tercer mes de gestación. Sólo en 2013 hubo 234 casos en el país y de 2007 a 2014 se incrementaron los casos en 255%, refiere. Sobre si su filme pudiera vincularse con la eugenesia practicada por los nazis en Alemania, la cineasta subraya que con los avances médicos ya hay gente que puede elegir cómo será el color de pelo y de ojos de sus hijos.

Invitada por el Goethe-Institut Mexiko a la XV Semana de Cine Alemán, cuya selección oficial arrancó ayer justo con 24 Semanas, Berrached platica y aclara que el filme no toma partido a favor del aborto o en contra, aunque relata que grupos conservadores en su país lo han visto como propaganda de la interrupción legal del embarazo. No obstante, en lo personal, ella apoya que las madres decidan tener al bebé diagnosticado con discapacidad grave en el embarazo, aunque igual respalda la ley que permite que las mujeres sean libres de decidir sobre su cuerpo y considera “una locura” que legislaciones nacionales estén retrocediendo en la legalización del aborto.

“Mi película sólo intenta describir el conflicto de una mujer en una situación extrema: debe decidir entre la vida y la muerte de su hijo nonato. 24 Semanas retrata una situación en la que tomar una postura firme es la única opción”, subraya la cineasta berlinesa, de padres argelinos, nacida en 1982 en Erfurt, entonces Alemania Oriental, y graduada en Pedagogía Social con especialidad en Psicología.

Apenas siete años después de que en 2009 decidió estudiar dirección en la Academia de Cine de Baden-Württemberg, Berrached ya goza de prestigio internacional. Su documental estudiantil de 2012, Heilige und Hure (Santos y Putas), fue invitado a 80 festivales alrededor del mundo, y su primer largometraje, Zwei Mütter, también fue seleccionado para la 63 edición de la Berlinale en 2013. Ahora sostiene que en su nuevo filme expone un “dilema moral” que confronta a los espectadores con una pregunta sobre el aborto que cada uno debe responder en lo individual. “¿Es correcto que los padres estén habilitados para decidir contra una vida que no pueden encarar o eso equivale a asesinato legal?”.

“La mujer lleva al niño en su vientre. Esto significa que, legalmente hablando, ella es la única que puede decidir si aborta, pero igual significa que la ‘culpa’ que implica esa decisión es claramente su asunto también. Ella es la única que puede responder por sí misma esta cuestión moral”, refiere la cineasta alemana.

“Muchas generaciones de mujeres antes que nosotras pelearon duro para ganar el derecho al aborto, a la autodeterminación de nuestros cuerpos. Eso es una parte integral de nuestra definición de mujeres como independientes, con igualdad de derechos y capaces de dar forma a nuestras propias vidas. Sin embargo, la igualdad de derechos no nos ayuda en un dilema moral. Estoy interesada en conflictos morales como consecuencia de nuestro mundo médico moderno. Necesitamos asegurarnos una y otra vez y continuamente de defender lo que hemos alcanzado. Necesitamos insistir en que lo que pasa no es sólo lo que es técnicamente posible, sino lo que realmente queremos”, comenta Anne Zohra.

Reitera que los padres deciden sobre la vida y la muerte del feto, pero lo que no pueden escoger es escapar de tomar esta decisión. “Después de 24 semanas de gestación, un niño es capaz de sobrevivir fuera del vientre, así que cuando se decide abortarlo en un embarazo avanzado, debe matársele dentro de la madre con cloruro de potasio para evitar que nazca”, añade la cineasta, apoyada en la dureza y crudeza del lenguaje y práctica médicos para mostrar en su película cómo se realiza un aborto real. “El ‘destino’ se convierte así en una cuestión legal, ética y filosófica”, sostiene Berrached sobre su película.

Para su filme, que tardó tres años en concretarse y que se planeó como “collage” de ficción y documental “con sus propias reglas”, con imágenes médicas reales inéditas e incluso una prótesis en Julia Jentsch, que en sus tomas desnuda parece de verdad embarazada, la cineasta consultó estadísticas, leyes alemanas y de otros países, habló con muchos médicos, parteras y parejas que habían abortado después de las 24 semanas de gestación, entre ellas una que tomó esa decisión cuando el feto tenía 26 semanas. “Hablé con los padres dos semanas después del aborto, nos tomamos de las manos y lloramos todo el tiempo. La pareja vio mi guión, platicó con los extras y estuvo muy involucrada en toda la producción”, refiere. Además, todos los profesionales de la salud que aparecen en la cinta son reales, no actores, y hablan en los términos médicos que usan a diario en casos como el que expone el filme.

“El tema de la religión no está tan fuerte en mi película porque si la pareja protagonista hubiese sido religiosa, la decisión habría sido muy fácil de tomar. Si eres católico, la religión tiene sus reglas, que te dicen qué debes hacer: tener a tu hijo. Pero si no eres religioso debes encontrar tus propias leyes, y eso es más difícil. Markus, el padre, ya no es religioso, fue religioso, y ante esta difícil decisión, retoma la religión. Pero al final su religiosidad debe adaptarse a la difícil decisión que debe tomar”, reconoce Berrached y recuerda que en la película Astrid acude a una parroquia y —en su opinión— ahí es donde resuelve su dilema. “Quise ponerla en una iglesia católica como para decir: ‘Mira, toma tu decisión, que Dios no te dice nada en contra’. Es posible así que la mujer decida por sí misma”.