Las 17 medidas aprobadas por Biden en su primer día como presidente de EEUU

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EEUU.- En su primer tuit como presidente, Joe Biden dejaba clara su intención de empezar a trabajar desde el primer minuto. “No hay tiempo que perder cuando se trata de atajar las crisis que enfrentamos”, publicaba su cuenta oficial minutos después de jurar el cargo. Dicho y hecho: una vez terminada la pompa y circunstancia, finalizados los actos protocolarios y con todo el mundo en su sitio, Biden empezó a trabajar.

Deshacer el entuerto que le deja su predecesor va a ser una tarea titánica, y más con todas las promesas que ha hecho durante su camino hasta llegar al día de hoy, las esperanzas puestas en las múltiples acciones para sus primeros cien días.

Directo al trabajo para tomar acción directa en cuatro aspectos: controlar la pandemia, proveer alivio económico, atajar el cambio climático y avanzar en la equidad racial; cuatro de los principales pilares de la agenda de Biden.

En la primera imagen en el Despacho Oval, totalmente redecorada (a excepción de las cortinas, que conservan el dorado del anterior inquilino a la espera de un cambio de diseño más profundo), Biden apareció con una pila de carpetas y documentos que firmar a su derecha: 17 órdenes ejecutivas para poner en marcha la maquinaria de su gobierno.

Rodeado de bustos de Martin Luther King, el activista César Chávez, Rosa Parks o Eleanor Roosevelt, y delante de un retrato de Franklin Delano Roosevelt, Joe Biden empezó a estampar su firma (con bolígrafo, no con un rotulador gigante como su predecesor) en decretos que tienen que encauzar su administración.

La primera orden que firmó fue un mensaje claro: la mayor crisis que enfrenta, a día de hoy, es la pandemia de coronavirus, y no escatimará esfuerzos en frenarla. Por eso decidió establecer un mandato de cubrebocas y distancia social en propiedades federales. Tras esa, una orden de trabajo para la equidad racial; y el regreso a los Acuerdos del Clima de París.

En el listado de acciones firmadas también detuvo la financiación para el muro en la frontera con México; devolvió a DACA, el programa que protege de la deportación a decenas de miles de jóvenes indocumentados, a su estado de cuando se creó, eliminando cualquier barrera impuesta posteriormente; instó a volver a formar parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), canceló la construcción del oleoducto Keystone XL, y derogó el veto migratorio desde países de mayoría musulmana, entre otros: un conjunto de acciones para revertir algunas de las políticas más controvertidas y polémicas de la administración saliente, demostrando al país y al mundo que hay un nuevo líder al mando y que las cosas ya se hacen de otra manera. Después, suspendió el programa “Quédate en México”, por el que los solicitantes de asilo en Estados Unidos deben esperar su turno de ser escuchados en el vecino país.

El canciller Marcelo Ebrard saludó las medidas sobre el muro y DACA, y recordó que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a Biden que “ los puentes abren paso a la cooperación y al entendimiento”.

Tampoco perdió el tiempo Kamala Harris. “¿Qué es lo primero que va a hacer?”, le gritaron unos periodistas mientras la flamante vicepresidenta iba hacia sus nuevas oficinas, en el paseo triunfal tras la ceremonia de investidura. “Ir a trabajar”, respondió. Y, tal y como Biden hizo con sus decretos, Harris también se puso a cumplir con su deber.

Pocos minutos después de tomarse las fotografías para la historia frente al edificio de oficinas que ocupará, Harris volvió a subir al coche oficial para regresar al Capitolio y cumplir con su primer deber oficial: presidir el Senado y tomar juramento a los senadores que todavía no habían reclamado su escaño.

Era el caso de Jon Ossoff y Raphael Warnock, los dos ganadores de la segunda vuelta en Georgia, y Alex Padilla, el elegido para cubrir la vacante que dejó abierta la propia Harris por California. Los tres demócratas, los tres rompiendo hitos históricos: el primer millennial, el primer afroamericano por Georgia, el primer latino por California, respectivamente.

Pero lo más importante: con la toma de posesión de todos ellos la Cámara Alta quedaba al completo, y se consolida la toma de poder absoluto de los demócratas en Washington: el Senado queda con 50 senadores para cada partido, pero el voto de calidad de Harris, como presidenta del Senado, hace que los demócratas desequilibren la balanza.

Los republicanos perdían el último resquicio de poder que les quedaba en la capital, y el conservador Mitch McConnell, quien en los últimos años se había convertido en una figura poderosísima, quedaba relegado a un segundo plano. El nuevo líder de la mayoría en el Senado es el demócrata Chuck Schumer, quien no perdió ni un minuto en cambiar su biografía de Twitter para dejar claro que ahora es él el que tiene las manijas de la cámara.

Poco después, el Senado confirmó a la primera nominada del gabinete de Biden: Avril Haines, como directora de Inteligencia Nacional.

(EL UNIVERSAL)

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