La pluma profana de El Markés

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“Halito-sis”

A Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, le apesta la boca… todo cuanto ha expresado en llamadas evidencian una corrupción personal que lo ha convertido en un tremendo costal de mentiras. Ha últimas semanas ha pasado a la fama por su controversial actitud de capcioso, cáustico, malicioso, cleptómano, arbitrario, dominador, ingrato a la patria y lo que se le sume. La Halitosis que Alito Moreno padece es crónica. Aunque parece ser una enfermedad que no sólo ha sufrido este político, recordemos que otro presidente nacional del partido de tres colores padecía una halitosis muy parecida, claro, hablamos del hermano incómodo de los Moreira, el profe Humberto, sí, ese que aventó pestes bucales contra su cuñada al decir que si votaban por ella en su candidatura como gobernadora del estado de Hidalgo, en muy poco tiempo ese estado se convertiría en un narco estado. Las notables rencillas entre los hermanos Moreira sólo ha traído un descalabro al partido tricolor que lo único que ha causado es un debilitamiento de ese grupo político.

En una ocasión Winston Churchill dijo que el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Hoy toda contienda política únicamente brilla por la vergonzosa guerra verbal entre candidatos de los partidos opositores que con el único afán de salir victoriosos manchan nombres, familia e ideales políticos.

En México una multitud de partidos se ha embebido en una beligerancia indecente de verdades y mentiras en la que los más perjudicados siempre son unos ciudadanos salpicados por esas nefastas actitudes de poder cuyo fin siempre es el terminar siendo gobernados por una ineptitud que los sigue manteniendo en la pobreza. Hoy México se encuentra como una jirafa muerta en la sabana africana. Los leones ya le han quitado lo mejor pero los animales carroñeros terrestres y aéreos siguen posándose en ella para sacarle lo poco que le resta… lo más extraordinario de todo es que a más de doscientos años de su independencia y siglos y siglos de la conquista española el país, cuan largo como ese animal de la sabana, sigue dándole más y más a los depredadores sin que puedan acabárselo.

Nelson Mandela dijo que un líder es como un pastor que permanece detrás del rebaño y permite que los más agiles vayan por delante, tras los cuales, los demás los siguen sin darse cuenta de que en todo momento están siendo dirigidos desde detrás. Un país no puede ser gobernado por la bestialidad y la sinrazón de unos cuantos hombres, y es que ser líder religioso, así como de un país, una empresa o un hogar es mucho más que alzar la voz y pisotear al más débil. Justamente ahora que tocamos el tema de la engreimiento,¿recuerdan a Luis Fernando Salazar, exdelegado de SEDESOL federal en Coahuila hace ya algunos años  y que, por vía telefónica, hablaba de un modo lo bastante jactancioso de su poder y de cómo todos aquellos que no estaban a su altura económica eran simplemente unos “Muertos de hambre”… ¿qué tipo de líderes poseerá un partido político en cuyas filas militan hombres tan perversos que lo único que buscan es el proveerse de riquezas? ¿Dónde quedan entonces las necesidades apremiantes y básicas de sus gobernados?

En los ochentas y noventas la fantasía superaba a la realidad con toda esa cosa cinematográfica llamada Hollywood y que con películas de ficción nos transportaba bajo advertencia amenazadora hacia un mundo que en breve tendríamos frente a nuestros ojos. En la década de los Beatles pensar que existiría un Calentamiento global era una locura y que en los noventas caería la URSS mucho peor. Ahora, en pleno 2022 la realidad supera a la ficción cuando vemos misiles cayendo sobre poblaciones de Ucrania ante el silencio mundial; personas desaparecidas por los cárteles de narcotráfico; mujeres secuestradas para ser llevadas a la prostitución a otros países y niños destazados cuyos órganos son vendidos en el mercado negro. A ojos vistos el corazón de los hombres se ha enfriado y lo único de lo que se vive es de ese anhelo que siempre quiso Friedrich Nietzsche inyectarle a sus seguidores mediante su presuntuosa obra y la creación del Súper hombre, ese que basado en el poder y en el orgullo se alza como súper poderoso sobre quien quiere por gusto propio estar bajo la planta de sus pies.

A Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, le apesta la boca. Sin la menor vergüenza ha revelado sus tejes y manejes con algunas televisoras nacionales para percudir el ambiente electoral. Solo un necio y un ciego podría negarse a aceptar que el país no puede ni debe de ser dirigido por la maldad, y menos por quien de su boca solo emergen expresiones carroñeras. Si el pueblo opta por la putrefacción bucal que emerge de las promesas flacas de campaña, eso ya sería otra cosa, sería algo así como aliarse a un monstruo que planea nuestra propia muerte. Adieu.

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