La pluma profana de El Markés

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Renovación de mandatos

El mundo ha evolucionado y eso nadie lo pone en tela de juicio. Muchas de las cosas que creíamos propias resultaron ser una falacia entre nuestras manos. No sabríamos decir si fue tarde o si fue temprano el hecho de que así nomás como así se esfumó mucho de lo que creíamos justo.

Coahuila, junto a otros estados, se ha convertido durante mucho tiempo, en el ojo del huracán de puristas. Han sido el blanco de las críticas y candidatos perfectos, según sus dogmas, para ser confinados a lo más hondo del infierno. Claro, me refiero a lo que tiene qué ver con diversidad sexual tan permitida en tales entidades y que ha llevado a permitir el matrimonio de personas del mismo sexo.

Hoy por hoy en estos territorios las bodas igualitarias son el pan de cada día y comenzar a hablar de adopción, ha terminado por despertar los odios de todos aquellos que se sienten tan cerca de los cielos, con todo y que estén más cerca del tártaro.

En sí la sociedad no vamos en busca de la moralidad colectiva, la realidad tan evidente es que la gran mayoría de los seres humanos vemos la felicidad ajena como una espinita de nopal que no logramos encontrarnos y que no nos deja en paz. Curiosamente el triunfo ajeno siempre ha sido un ácido en quien va por la vida mendigando triunfos ajenos o echando tierra en el éxito de quien ha trabajado mucho para lograrlo.

Coahuila es frontera desde tiempos inmemoriales con Texas. Curiosamente la gran parte de quienes custodian dicha línea divisoria, son mexicanos. Mexicanos que se han convertido en verdaderos tiranos de su propia gente. Es curioso ver y saber que el noventa por ciento de los abusos contra los paisanos vienen directamente de mexicanos uniformados con insignias extranjeras.

Hace un par de días fue detenido un hombre que con saña apuñaló a un perro que hacía cuanto podía por defender a su amo discapacitado. El hombre, sentado en su silla de ruedas, impotente y desesperado, vio cómo el sujeto, de manera inhumana, no sólo ató al can, también le pasó la llanta de su bicicleta en el cuello y finalmente lo ultimó hasta matarlo. Por fortuna hubo alguien que grabó el hecho lo que causó que en cuestión de horas el asesino de una vida, porque eso es, una vida, fuera tomado cautivo y puesto en manos de las autoridades. Para beneplácito de todos ya existe una ley lo bastante estricta contra todo aquel ser humano que atente o afecte la vida de un animal, y eso es una de las leyes más beneficiosas que se han concretado a últimas fechas.

Ser niño en el pasado, significaba muchas veces ser esclavo, sí, y no exagero. Bien se podría ser obrero sin paga y al mismo tiempo preso sexual. No existía una norma que dijera que prohibido estaba el maltratar a un hijo. No por nada todos los que pertenecimos a décadas pasadas vivimos un tiempo en el que la rectitud personal se regía, muchas veces, a base de palos y malas palabras. Claro, no se generaliza, pero sí un elevado índice de rectitud personal venía puliéndose a base de una régimen lo bastante escrupuloso.

Hoy existen mandatos muy renovados. Hoy los niños no pueden ni deben ser maltratados bajo ninguna causa. Impera el dialogo pues no dejan de ser hombres y mujeres en progreso. El desarrollo del ser humano para que sea fuerte y valorizado, debe ser acogido por el amor de una familia. La violencia genera violencia y eliminarla es una de las metas con las que debemos trabajar.

Y es que tanto en el matrimonio igualitario, las leyes que defienden a los animales y a los infantes,nos hacen ver que se ha verificado un notable cambio de conciencia en el ser humano. Tras la bandera de amar es amar, hoy la humanidad se ha enfrascado en eso, amarse en medio de la adversidad. Tiempo es poco, horas van que restan como para ocuparse en vivir en una sociedad violenta que solo atenta contra la felicidad ajena. Con respecto a la preservación de la vida animal es algo muy semejante. Olvidamos que compartimos el planeta, que somos socios en muchos aspectos. No por nada existen los animales domésticos, pues mientras unos nos alimentan, otros nos hacen compañía.

Hoy la humanidad se ha dado cuenta que la clara renovación de mandatos, el mejoramiento o el progreso de las leyes, no ha traído otra cosa más que unidad y justicia.

Apeguémonos a dichas renovaciones, el hacerlo sin lugar a dudas nos proveerá de un campo listo para la siega en un tiempo relativamente corto… ¿por qué negarnos la oportunidad de hermanarnos?¿No es acaso preferible un abrazo que una bofetada?… renovación de mandatos, eso es, una reforma, una innovación, una nueva brújula de vida orientándonos para llevarnos en línea recta a la felicidad. Adieu.

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