¿Izquierda o derecha?, dilema de Ecuador

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San José.— Asolados por una creciente fractura social, los ecuatorianos asistirán mañana a la primera ronda electoral de una trascendental batalla por la presidencia de Ecuador, tras recorrer un camino de violencia y tensión en 2019, y de crisis sanitaria en 2020, que les colocó a votar frente a una agitada intersección con sólo dos vías para su turbulenta historia política.

Las rutas serán claras para los casi 13.1 millones de electores: mantener a Ecuador en un rumbo de centro y derecha, como pieza de confianza de Estados Unidos, tras el cambio de gobierno en 2017, o virarlo a la izquierda para que se reencuentre con los aliados que forjó por 10 años desde 2007 en el denominado Socialismo del Siglo XXI, con Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua y su constante choque con Washington.

Con 16 postulantes a la presidencia para gobernar por cuatro años a partir del 24 de mayo y suceder a Lenín Moreno, tres opositores surgieron como favoritos para ganar mañana o, al menos, pasar a la segunda vuelta.

Las encuestas concedieron los primeros puestos al economista izquierdista Andrés Arauz, de 36 años (hoy los cumplirá), de la coalición Unión por la Esperanza (UNES) y afín a La Habana, Caracas, La Paz y Managua, y al banquero y empresario centro-derechista Guillermo Lasso, de 65, de la Alianza Creo-Partido Social Cristiano y próximo a Washing- ton y su círculo del capitalismo.

En tercero estaría el indígena, abogado, centrista y ambientalista Yaku Pérez, de 51, y del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik.“Ecuador se juega su historia, su futuro político, la institucionalidad democrática. Esta elección es crucial e importantísima”, alertó el analista ecuatoriano Sebastián Mantilla, director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (CELAEP), de Quito.

“Si Arauz gana, sería un regreso al autoritarismo, un retroceso para la institucionalidad democrática de Ecuador. Lasso y Pérez ya dijeron que si ganan, respetarán las libertades y el ordenamiento jurídico y fortalecerán la democracia”, aseveró Mantilla para EL UNIVERSAL.

“Lo que pase en Ecuador está vinculado a la región. Hay clara coordinación del eje del Socialismo del Siglo XXI con su articulación con Cuba, Nicaragua, Venezuela y otros agentes de la izquierda como Arauz a los que, de alguna manera, dan financiamiento, apoyo, asesoría, en cada campaña electoral de la zona”, afirmó.

UNES repelió esos y otros ataques. “Rechazamos esa campaña del susto y la mentira que vienen sosteniendo desde hace años, que vamos a ser Venezuela, que se les va a quitar una vaca, que si tiene tres habitaciones le van a quitar una”, tuiteó la legisladora Marcela Aguiñaga, exvicepresidenta de la Asamblea.

UNES prometió “reconstruir el Ecuador de progreso y desarrollo que fue abruptamente truncado” por Moreno y destacó que luego de “las traiciones y los dolores soportados” en los últimos tres años, “hay luz al final del túnel”.

De lejos

La imagen de autoritarismo busca enlodar a un personaje que, sin estar en Ecuador, maneja hilos de lejos: Rafael Correa, presidente de 2007 a 2017, autoexiliado en Bélgica, defensor de los gobiernos anti-Washington de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia, y polémico mentor de Arauz.

Acusado de títere o ficha dócil de Correa, Arauz rechazó esos calificativos. Tildado de ser peón del expresidente, Moreno ganó con apoyo de Correa, pero ambos rompieron en 2017 y ahora son enemigos. Correa fue condenado por la justicia ecuatoriana en 2020 a ocho años de cárcel por dirigir un aparato delincuencial de soborno que funcionó de 2012 a 2016 y concedió negocios públicos a empresarios privados a cambio de financiamiento político.

Correa perdió sus derechos políticos por ocho años, con inhabilitación definitiva a cargos de elección popular, y fue retirado como aspirante a la vicepresidencia con Arauz y sustituido por el periodista Carlos Rabascall. Correa negó que pretenda ser el poder en la sombra para manipular a Arauz en caso de una victoria de su joven pupilo.

Deuda social

Ecuador, con cifras oficiales a diciembre de 2019, antes del Covid, y con más de 33% de los 17.4 millones de ecuatorianos golpeados por miseria moderada y extrema, sufrió en 2020, con la pandemia, un fuerte desplome del Producto Interno Bruto (PIB) que datos estatales ubicaron en menos 11%.

La caída del PIB, con más pobreza y desempleo, sumó mayor desigualdad social a un porvenir de zozobra de una nación en la que el 3 de octubre de 2019 se desató un violento y prolongado estallido popular callejero en repudio a un severo paquete económico que se saldó con muertos, heridos, detenidos y conmoción.

Expuestos a multas en dólares si se abstienen de sufragar, ya que en Ecuador el voto es obligatorio, los ecuatorianos acudirán mañana a elegir presidente, vicepresidente, 137 miembros de la Asamblea Nacional y cinco del Parlamento Andino.

Para triunfar en primera vuelta se requiere más de 50% de los sufragios o 40%, con una ventaja mínima de 10% sobre el segundo lugar. En la siguiente ronda, a la que sólo avanzarán los dos candidatos que recibieron más votos en la primera y se realizará el 11 de abril entrante, se vencerá por mayoría simple de sufragios.

El programa oficial precisó que los resultados empezarían a difundirse mañana a las 20:00 horas (19:00 en el centro de México) con una herramienta de conteo rápido de las 38 mil 806 juntas receptoras de votos que permitirá estimar tendencias irreversibles. Las votaciones serán de las 7:00 a las 17:00. Sin descartar sorpresas, los sondeos previeron que será necesario regresar a votar en abril en una contienda de pronóstico reservado para escoger al nuevo timonel del Palacio de Carondelet, sede de la apetencia presidencia de un país en otra intersección: estar entre las dos mitades del mundo.

(EL UNIVERSAL)

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