El misterioso Triángulo de Alaska deja corto al de las Bermudas

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CIUDAD DE MÉXICO.- Todos hemos oído sobre las leyendas de barcos y aviones desaparecidos en el Triángulo de las Bermudas. Pero, pocos han oído sobre los fenómenos similares que ocurren en otra misteriosa región del mundo: el Triángulo de Alaska.

Este sitio bañado por ríos y lagos, de superficie semicongeleada, y espectaculares cadenas montañosas cubiertas de nieve, ha cobrado más vidas que el Triángulo de las Bermudas, y se extiende desde Barrow, en la costa norte de Alaska, hasta Anchorage, pasando por Juneau.

Algunas de las desapariciones de aviones que han llamado la atención son: una nave militar con 44 personas a bordo, en 1950; el avión en el que viajaba Hale Boggs, político demócrata estadounidense, que desencadenó una búsqueda con 40 aviones militares y 50 aviones civiles, y que duró 39; y, en 1990, un Cessna 340 desapareció con cinco pasajeros. De estas búsquedas no se pudo rescatar a alguna persona.

Sin embargo, el número de personas que han muerto en accidentes aéreos es mínimo comparado con las más de 16 mil personas desaparecidas, entre exploradores y locales, que se han internado en esta zona, de acuerdo con los registros que se tienen desde 1988. En las misiones de búsqueda y rescate pocas veces se han llegado a encontrar cuerpos.
En promedio, se calcula que por cada mil personas, cuatro se extravían y sucumben con facilidad. La razón de que no se encuentren rastros de vida en el Triángulo de Alaska, tiene varias explicaciones:

1. Cuando se trata de la desaparición de personas, uno de los motivos principales se le atribuye a los glaciares, que, aunque parezcan ser de hielo solido, pueden ser muy frágiles y no resistir mucho peso. El glaciar al ser pisado por una persona se quiebra y se crean grietas que pueden ser tan grandes como para “tragarse”, además de personas, casas o edificios enteros, claro, si estuviesen ahí.

2. Que los aviones se pierdan puede ser a causa de la actividad geológica de esta zona, ya que provoca anomalías magnéticas, haciendo que las brújulas, los aparatos electrónicos e incluso seres humanos, tengan comportamientos diferentes a los que podrían considerarse como normales.

3. El clima y la obscuridad del invierno afectan tanto a personas como aviones, por lo que, en una tormenta de nieve, una persona podría perderse al regresar a su casa, mientras que los pilotos pierden visibilidad y pueden llegar a estrellarse. Además, un avión al estrellarse puede provocar una avalancha que lo cubra totalmente, en cuestión de minutos.

4. Existe una versión relacionada con las desapariciones de personas que tiene origen en las leyendas de los indígenas del sudeste de Alaska, como los tlingit y los tsimshian. En ellas se menciona al “Kushtaka”, un hombre nutria que se les aparece a los viajeros, los atrae al río más cercano, los mata y luego, los convierte en otro “Kushtaka”.

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