El matriarcado en la poesía de Natalia Toledo

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Natalia asegura que éste no es un libro cualquiera, es un libro muy importante porque está hecho con mucha paciencia, sin prisa y que está muy bien escrito en zapoteco. (Agencia El Universal)

CDMX.- Natalia Toledo logró un proyecto acariciado. Congregar el trabajo creativo y social que realiza con su padre, el pintor Francisco Toledo, y emparejarla a la labor creativa que realiza su hermano Jerónimo “Dr. Lakra”. Juntos dieron vida al libro de poemas “Deche Bitoope. El dorso del cangrejo”.

El libro que recién ha publicado con editorial Almadía le ha dado sorpresas a Natalia Toledo. Cada poema rescata lo entrañable que hay en su memoria sobre la mujer juchiteca y al tiempo la confronta; así, se reconoce pero también se sabe distinta.

“He querido dar mi versión del matriarcado que tanto se ha estudiado, quise verlo con amor pero también con una mirada de autocrítica, porque yo soy de ese lugar y porque yo escribí un libro que se llama ‘Mujeres de sol, mujeres de oro’ que tiene que ver con todas las mujeres que yo conocí en mi infancia, en Juchitán, que me enseñaron algo, que me mostraron el mundo”, señala la poeta.

En eso se enfocó en la primera parte de “Deche Bitoope. El dorso del cangrejo”, que se llama “El matriarcado según San Vicente”. “Me interesaba hablar de lo que hemos pasado las mujeres desde nuestra infancia, qué nos enseñan, qué hay que hacer y qué cosas de esos mandatos que nos enseñan yo hice y otros que no hice. Hablo también desde el momento en que no quise saltar ese círculo de fuego que son algunas de las tradiciones que a mí me parecen un poco injustas para las mujeres y que no es verdad que tengan que ver con la mirada prehispánica sino que justo cuando trajeron la segunda lengua y la religión empezaron a funcionar estas tradiciones que vienen desde los gitanos, desde la India, porque he viajado y he leído y ahí encuentro el contexto, allí es donde ya no cuadra lo del matriarcado”, señala Natalia Toledo.

En su libro vibra Juchitán, huele y sabe a mujeres hermosas, fuertes, sensuales. “Algo que sí celebro y que tenemos las juchitecas es que somos independientes, económicamente hablando, del hombre; pero eso desde chiquitas te enseñan a trabajar, a juntar tu oro, a comprar tu traje, a tener lo propio, y eso también es una enseñanza y no tiene que ver con la actualidad, con movimientos feministas, tiene que ver con un grupo que funciona así, que trabaja, que guarda, que sabe administrar, somos grandes comerciantes. De hecho zapoteca, pochteca es comerciante. Por algo nos llaman así”.

En “El dorso del cangrejo” los caminos creativos de Natalia se unen a los de su padre y a los de su hermano. Dice que es lo bueno de haber nacido en una casa donde también hay grandes dibujantes y creadores.

“Me da mucho gusto que hayamos coincidamos y ellos hayan querido. En el caso de Dr. Lakra yo le dije que quería que mi hermano apareciera conmigo en algún libro, él aceptó y me mando sus imágenes que me fascinaron. La propuesta de la espalda con el cangrejo yo se la hice y él se vio muy lindo y muy generoso con su tiempo. Yo quería que hubiera una espalda de una juchiteca que no soy yo, con un tatuaje de él. Es un tatuaje que esta chava se hizo especialmente para el libro, viajó a Oaxaca a que le rascaran la piel”, señala Toledo.

Es ella quien dice que lo bello es que le mandó un solo poema a Dr. Lakra y él hizo todo lo demás. “Cada que abro el libro y veo cualquier dibujo hay cosas allí que él y yo sabemos que vivimos en la infancia y eso es muy bonito, hay elementos que él y yo y mis otros hermanos conocemos, y mi papá por supuesto. Este libro es un mundo familiar, son cosas conocidas que compartimos en un tiempo determinado, en un momento determinado, a la orilla de un río y en una casa donde había murciélagos, donde había fotografías, donde había gente criando, gente preocupada por hacer cosas por el bien común”.

Natalia asegura que éste no es un libro cualquiera, es un libro muy importante porque está hecho con mucha paciencia, sin prisa y que está muy bien escrito en zapoteco. “Podría pensarse que escribir en dos idiomas es un reto, a mí me gusta pensar en el lenguaje, en mis hallazgos respecto al zapoteco, busco mucho en el siglo XVI en un vocabulario específico de Juan de Córdova, busco algunas palabras que me puedan servir a mí para contar otras cosas. Si lo cuidé de veras y sí es un libro que quiero mucho y espero que tenga buena vida”.