“El Jefe”: ¿Quién es Karina, la estratega de campaña del argentino Javier Milei?

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ARGENTINA.- Karina Milei es la hermana menor de Javier, el ganador de las elecciones primarias en Argentina que causó terremoto en la política doméstica. Tiene 50 años, dos menos que el diputado nacional, que cumplirá 53 el mismo día que la elección general. Hace una década que trabajan juntos. Antes, ella también se dedicaba a los negocios familiares, pero hoy su agenda está volcada completamente a la carrera política de Milei.

“Es el ser humano más maravilloso del planeta”, la endulza el candidato presidencial. Ella devuelve los elogios y dice admirar a su hermano. El domingo, en el piso 21 del Hotel Libertador, siguieron juntos el escrutinio que posicionó a La Libertad Avanza como la fuerza más votada en todo el país.

“El jefe”, como la llama Milei, es quien mejor lo conoce y en quien él más confía. Funciona como un filtro y sabe sobre sus gustos. Para Milei, todo tiene que tener el visto bueno previo de Karina. Entre otras cosas, es ella quien maneja su agenda, coordina sus charlas y conferencias. Pero su tarea excede ampliamente lo organizativo, es su mano derecha y la estratega de su campaña. Lo fue en la de 2021, y también en esta. Primero lo acompañó a lo largo del camino para convertirse en diputado y ahora en su camino hacia la Casa Rosada. Todo necesita de su aprobación.

“Es quien tiene la última palabra”, cuentan desde La Libertad Avanza. “Siempre uno tiene que tener alguien a quien reportar. En mi caso yo reporto a mi hermana”, dijo Milei en LN+, después de ser elegido diputado, en 2021. Hoy, Karina también se jacta de estar “metida en todas las áreas”. A ella le gustar usar un café en Vicente López, a la vuelta de su casa, como una oficina remota.

Fue a ella a quien se le ocurrió la idea de sortear el sueldo de Milei como diputado todos los meses, una idea criticada tanto por el oficialismo como la oposición, pero considerada un éxito en la base de operaciones libertaria por la repercusión que genera. También anotó entre sus goles las clases públicas con las que Milei recorre Argentina pese a que también tuvieron que superar varios cuestionamientos de algunos asesores que consideraban que no habían funcionado en política, era muy riesgoso y probablemente tendrían poca convocatoria.

Karina es quien piensa en Milei como marca. Es ella quien ideó la estética rockera que tiene cada presentación del diputado. Pensó en la puesta en escena, los videos que ilustran la previa, la música, la forma en el que el economista entra por el público: toda la puesta en escena. “Mi hermana siempre me espera en el escenario porque es la gran arquitecta”, afirmó el diputado en LN+. Lo hace desde hace años, cuando su hermano protagonizó el show teatral “El consultorio de Milei” se ocupaba desde lo administrativo hasta del diseño de los cuadernos.

También se ocupa de su imagen. Fue su hermana quien le recomendó abandonar el diseño rayado en la vestimenta formal. Por eso, Milei se compró cinco trajes, en distintas gamas de gris.

“Habla con Karina que es como hablar conmigo”, suele decir Milei ante quienes buscan contactarlo. Quienes los conocen afirman que se complementan muy bien. Mientras que él es el “animal político”, a ella la consideran “el alma del proyecto”. “Esto no podría funcionar si no estuviera ella”, afirmó uno de los dirigentes del partido.

Mientras que su hermano prefiere estar delante de cámara, Karina elije el detrás. Intenta mantener su bajo perfil pese al boom Milei y no quiere hablar sobre ella con los medios. Una de las pocas veces que se la vio hablando a cámara fue cuando lo acompaño al debate en TN. “Él es muy aplicado y hace caso”, dijo en la alfombra roja del debate. Otra excepción fue cuando lo acompañó en el escenario en donde actuó como su secretaria.

Al igual que su hermano, Karina tampoco tiene hijos. Vive en una torre en Vicente López, a pocas cuadras de sus padres. Padeció violencia física y sicológica en su casa y bullying en su escuela, según ha contado.

Tras varios años sin hablarse, y luego de que Milei afirmara que para él estaban muertos, fue ella quien, con la ayuda de un amigo, logró reconciliarlos antes de la pandemia. Al punto tal que durante la cuarentena el economista se mudó con ellos para ayudarlos. Karina se ocupaba de su madre y Milei de su padre.

Crecieron en Villa Devoto, en el seno de una familia de clase media. Su papá, Norberto, era colectivero y su mamá, Alicia, ama de casa. Cursaron la primaria y secundaria en el Instituto Cardenal Copello.

Inscripta en la categoría G de monotributo, Karina Milei es relacionista pública y artista. Hizo varios cursos de arte y pinta. Cuenta también con un posgrado en eventos. Quienes la conocen cuentan que se da maña con las manualidades. Ha colaborado con la maqueta del Banco Central que Milei hacía estallar al final de la obra. Le gusta cocinar, hace repostería y en una época de su vida vendía tortas. Al teatro ha llevado chocolates. Volvió a demostrar su habilidad hace poco cuando a Santiago Oría, el cineasta que acompaña a Milei, le hizo una torta con una cámara para su cumpleaños.

Cuestionado sobre cómo es el vínculo con Karina, Javier ha dicho: “Tú sabes que Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Entonces Dios le mandó a Aarón para que, digamos, divulgue. Bueno… Kari es Moisés y yo soy solo un divulgador, nada más”.

Su hermana es lo más importante a nivel afectivo en la vida de Milei que hace años también lo acompaña en su vida laboral. Ella define quién puede acercarse a su hermano o quién recibe la bendición para ser candidato o candidata. Evalúa “energías” y “constelaciones”, trances y tarot mediante, según relataron miembros de su entorno a La Nación.

Ante la AFIP, Karina Milei figura registrada en el rubro 960990. ¿Qué abarca? Actividades de astrología y espiritismo, entre otros. Ella toma con humor los comentarios que la rodean. Al punto que difundió entre sus allegados una foto suya vestida como “bruja”, como ella misma se calificó. Vestida de blanco, de pies a cabeza. Pero también fija límites a Milei tras algunos traspiés mediáticos, como cuando entreabrió la puerta a la venta de órganos.

Desde el principio de la campaña, Javier repite que le gustaría que Karina lo acompañe siempre, aunque evitaba definir qué cargo ocuparía. Hace pocos días lo reveló. “Si yo fuera presidente, creo que mi hermana jugaría el rol de primera dama”, afirmó Milei y agregó: “Uno de los chistes que nos hacemos es que yo hice todo esto para que sea primera dama”. Su chiste podría convertirse en realidad.

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