Reino Unido.- Una madre quiso alimentar a su bebé de 7 meses de la manera más saludable posible, pero se llevó una horrorífica sorpresa cuando estaba a punto de alimentarlo.
Se trata de Gemma Price, de 30 años de edad, ella vive en Stanley, Durham, con su pequeño Leo.
Ella comentó a North Nwes, que la semana pasada compró algunos plátanos Asda, de Costa Rica, que miró en oferta, así que no dudó y compró algunos sin pensarlo dos veces.
Al siguiente día, Gemma llegó a su casa después del gimnasio, tomó un plátano y subió a su habitación con su hijo. Fue ahí cuando ocurrió lo más escalofriante.
Al pelar la fruta, un pequeñito saco con la apariencia de una clara de huevo se rompió, y cientos de arañas brotaron, arrastrándose en sus manos, brazos y hacia abajo de su ropa. De inmediato tiró el plátano y los arácnidos comenzaron a expandirse por todas partes.
‘Me estaba volviendo loca y gritando y tratando de matar a tantas como pude. Algunas se metieron en la cuna de mi bebé Leo. Rápidamente lo levanté y llamé emergencias”, dijo la mujer.
El operador indicó a la mujer que rápidamente saliera de la casa con su bebé y no volviera hasta que un experto evaluara la situación.
Por fortuna, la madre de Gemma vive justo en frente de su casa, por lo que no tuvo problema en pasar ahí durante más de 3 días, en lo que los exterminadores de plagas resolvían la situación, incluso su casa fue fumigada con químicos dos veces para estar seguros que la plaga se había erradicado por completo.
El experto le confirmó el peligro del que se habían salvado ella y su hijo: los plátanos estaban infestados de huevos de araña brasileña, también conocida como araña bananera, considerada por los récords de Guinnes, como la más venenosa del mundo.
Si Gemma no hubiera actuado rápido y llamado a emergencias, posiblemente su hijo o ella hubieran muerto en cuestión de horas por una picadura, y el peligro hubiera sido más latente si hubieran sido arañas adultas.
Price dijo que habló con el gerente de la tienda donde compró los plátanos para que tomaran conciencia del peligro al que estaban exponiendo a otros clientes, y además para que le hicieran un reembolso por su la situación tan horrible que había pasado con el producto y la exterminación de plaga que hizo en su hogar.
El supermercado sólo aceptó darle un bono por poco más de 60 dólares si llevaba los plátanos como evidencia.
“Fue absolutamente cómico. No hay forma de que me vaya a poner a caminar con arañas potencialmente venenosas en mi cartera”, dijo la mujer.
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