NUEVO LAREDO.-Por el bulevar Colosio, a la altura del Puente Las Alazanas, se observa un baldío y a lo lejos se ven unas cuantas maderas viejas, cartón, pedazos de leña, vasijas, así como algunos utensilios que le dan forma a una choza. Parece que está abandonada.
A la distancia, lo único que se escucha es el sonido del aire que mueve las ramas y provoca que las hojas de los árboles caigan.
Al acercarnos al lugar, se ve la silueta de una persona sentada en una silla vieja de plástico con uno de sus pies apoyados en una mesita, soportando las temperaturas heladas que este fin de semana llegaron hasta -2 centígrados.
Su única protección contra el drástico frío, aparte de su ropa, una playera y sobre esta una camisa a cuadros tipo sudadera, un pantalón de gabardina, unos zapatos rotos además de una gorra negra, es un bote que habilitó para encender una fogata con leña, que a su vez es su “estufa”.
En el interior de la choza que le prestaron mientras la cuida, se observa que José Eleuterio de la Cruz sobrevive con lo más mínimo, y sin muebles, ya que duerme sobre un pedazo de madera cubierto por unos cartones y un colchón viejo. También se ven varios garrafones de agua, una mesa de plástico y se alumbra con veladoras, ya que no tiene agua ni luz. El techo son unos pedazos de triplay con agujeros, por donde se cuela el aire helado.
Aunque tiene 73 años, don Eleuterio “no se raja”, a la mejor por el frío ahorita batalla un poco para caminar, ya que sus rodillas le causan problemas, pero cuando el clima y su salud están bien, sale a trabajar. Va en su viejo triciclo en busca del sustento.
“Ahí ando haciéndole la lucha, cuando sale el solecito, me levanto a buscar leña para hacer carbón para vender, para sacar para las tortillas, para lo que se necesita, algunas medicinas, pastillas”, expresó.
Este abuelito originario de un pueblo de San Luis Potosí y que llegó a Nuevo Laredo hace 29 años, no tiene quién vea por él.
“Si hay alguien que quisiera darme la mano en esa forma, les agradecería bastante”, dijo.
Ante esta triste realidad, este hombre de edad avanzada que reta a la vida, reflexiona y lanza un mensaje a la comunidad solicitando ayuda. Pide que comprendan su complicada situación, y se toquen el corazón para apoyarlo con un poco de comida, ropa para soportar las bajas temperaturas y si es posible, la atención de algún médico o persona que puedo ayudarlo con el problema de sus piernas. Con lágrimas en los ojos dice tener la esperanza de curarse para trabajar y no morir en el olvido.
Y como don Eleuterio pone el ejemplo de seguir adelante, uno de nuestros reporteros también puso el ejemplo al ayudarlo al regalarle su chamarra.
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