De la India a Suecia en bicicleta: 7.000 kilómetros por amor

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PK dibujaba retratos de turistas en las calles de Nueva Delhi. Lotta era una heredera sueca que recorría la ruta hippie. Se enamoraron y se casaron. Más de 40 años y dos hijos después, él contó la historia de su extenso viaje, que hoy sería imposible.

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Él nació en un pueblo remoto del este de la India, donde Rudyard Kipling se inspiró para escribir El libro de la selva. Ella es miembro de una familia aristocrática y rica de Suecia. Se conocieron en Nueva Delhi en 1975 y a los pocos días viajaron a la provincia de Orissa para visitar a la familia de él y casarse. Ella regresó a su ciudad, Boras, para seguir estudiando. Él compró una bicicleta de mujer —más económica que una de varón— y atravesóAsia y Europa, a razón de 70 kilómetros (44 millas) por día, para reencontrarla 16 meses más tarde.

El libro The Amazing Story of the Man Who Cycled From India to Europe for Love (La historia asombrosa del hombre que viajó en bicicleta desde la India hasta Europa por amor), de Per Andersson, cuenta el encuentro de Pradyumna Kumar Mahanandia —PK— y Charlotte —Lotta— von Schedvin.Más de 40 años y dos hijos —Emilie y Karl Siddhartha— después, siguen juntos y serán el argumento de una película que protagonizará Dev Patel.

Cuando PK nació, el astrólogo de su pueblo profetizó que se casaría con una mujer de Tauro, nacida en un país lejano, que tendría algo de musical y sería dueña de una selva. Esa idea lo ayudó a sobrellevar elbullying de sus compañeros de escuela porque él era dalit, la casta más baja de la India, un intocable.

A fines de 1975, él se ganaba la vida como artista en las calles de Nueva Delhi y una muchacha rubia le pidió que la retratara. Lo hizo mal: se había puesto muy nervioso. La mirada de la joven sueca le parecía de rayos X. Le pidió que por favor regresara al día siguiente, para que lo pudiera hacer bien.Era famoso —había retratado a Indira Gandhi y a la astronauta soviética Valentina Tereshkova, que visitaba la India con la primera ministra— y tenía orgullo de su trabajo. También la impresión de que podía estar frente al amor de su vida.

Lotta regresó y posó los diez minutos que PK tardaba en dibujar a una persona. Cuando recibió el retrato él le hizo algunas preguntas que ella encontró extrañas:

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“Nos sentimos atraídos como imanes. Fue amor a primera vista”, dijo Mahanandia a la agencia BBC. “Todavía no sé qué me hizo preguntarle todo eso e invitarla a tomar té. Pensé que ella se quejaría a la policía”. Pero ella no lo hizo.

“Esto se ha decidido en el cielo”, le dijo él en inglés, según contó a National Geographic. “Estábamos destinados a encontrarnos. Y hay más cosas decididas. Serás mi esposa”.

Juntos visitaron el templo Konark y pocos días más tarde se casaron por el rito tribal, en la casa del padre de él.

Lotta había llegado en una camioneta Volkswagen con tres amigos y un bebé. Y con ellos debió rehacer la famosa ruta hippie de Europa a la India, 22 días en automóvil, para volver a estudiar.

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La correspondencia de la pareja se desarrollaba, pero las finanzas de PK se mantenían estáticas. Se dio cuenta de que nunca conseguiría el dinero necesario para llegar en avión a la península escandinava. Pero podía pedalear.

Partió en una bicicleta Raleigh de mujer con un equipaje mínimo: un par de pantalones, una bolsa de dormir, un rompevientos y su pasaporte.Llevaba 80 dólares en un bolsillo secreto, cosido en su ropa. “El arte me rescató. Hice retratos de mucha gente. Algunos me pagaron en dinero, otros me dieron casa y comida”. Era otra época, recordó: “Un mundo diferente de paz y amor y, por supuesto, de libertad”.

Pakistán, Afganistán, Irán, Turquía: la primera etapa del viaje.

Muchas veces PK se sintió cansado y con dolor en las piernas, “pero la emoción de reencontrarme con Charlotte me mantuvo en marcha”, expresó. Sólo en una ocasión se sintió abatido, dijo a The Guardian: cuando un viajero belga le explicó que Suiza no era el país al que viajaba, sino a Suecia. “Fue un golpe darme cuenta de que tenía que ir más lejos de lo que creía”. Pero pronto se recuperó.

Ya en Europa, abrevió algunos de los tramos en camiones. Una muchacha alemana a la que había ayudado luego de un accidente le envió un pasaje de tren a Viena, y allí un galerista que se impresionó por su trabajo y su historia le regaló pasajes a Copenhague y de allí a Gotemburgo.

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Desde que se reencontraron no se separaron. Lotta les explicó a sus padres que se trataba de la reunión de dos almas que habían estado juntas en vidas anteriores, y luego de un poco de resistencia y choques culturales, el yerno y los suegros se llevaron bien.

“No sé por qué la gente cree que es gran cosa ir a Europa en bicicleta”, dijo PK. “No tenía dinero, pero tenía que llegar hasta ella, así que pedaleé por amor. Nunca me encantó montar en bicicleta“.

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