Británicos en el exterior, por quedarse en la UE

Es difícil encontrar británicos optimistas con la perspectiva de una salida.

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Xàbia / Foto: Agencia

Wendy Simpson acaba de regresar de jugar al tenis en su apacible jubilación en Xàbia, en la costa española. Esta ex ejecutiva, como gran parte del millón de jubilados británicos que reside en España, está preocupada por lo que ocurriría si Reino Unido dejara la Unión Europea (UE) tras el referéndum del 23 de junio.

“La gran pregunta es ‘¿continuaremos teniendo acceso a la atención sanitaria española pública y gratuita?’. Es muy preocupante. Imagina lo que nos costaría un seguro privado a partir de los 60 años”, explica desde su casa.

Nueve países europeos albergan a más de 20 mil residentes británicos. España, Irlanda y Francia son los que tienen más población procedente de las islas. En total, en la UE hay dos millones de británicos que, si Londres abandona el club europeo, dejarían de ser asimilados a los nacionales y podrían perder parte de sus derechos. Su posición es tan incierta que la Comisión de Asuntos Europeos de la Cámara de los Comunes emitió en mayo un informe. Éste plantea que la renegociación de los derechos de británicos en países de la UE sería “una tarea compleja”, y en algunos puntos (por ejemplo, los acuerdos comerciales que rigen la situación de los ciudadanos con negocios) podría alargarse nueve años.

Wendy tiene dos grandes preguntas: ¿continuará Reino Unido compensando como hace hasta ahora al Estado español por la atención sanitaria a sus ciudadanos? Y, aunque esto se mantenga, ¿querrá España seguir asumiendo la carga de los británicos? “Hay muchos españoles, franceses o italianos que viven en Reino Unido y que nuestro gobierno estaría encantado de que siguieran allí. Así que supongo que esto se va a decidir a partir de la reciprocidad”, razona.

Parece lógico, pero no se sabe cuánto pesaría la lógica en caso de que Reino Unido abandone el euro (Brexit). Muchos temen que la UE quiera mostrarse severa para desanimar a otros países y regiones euroescépticas.

Más allá de los miles de turistas que cada año se tuestan unas semanas en las playas, se pueden distinguir tres tipos de residentes británicos en España, según las observaciones de Margaret Hales. En primer lugar, los que trabajan allí (propietarios de un negocio, por ejemplo), los que viven permanentemente como jubilados y los que pasan temporadas en la costa. Ella forma parte del segundo grupo. “Vine a vivir a Benitachell, Alicante, con mi marido cuando nos jubilamos hace 10 años”, cuenta. “Estuvimos entre los 200 mil británicos que compramos propiedades en España en 2006”. Desde entonces, es una defensora de que los británicos en el extranjero voten en sus procesos electorales, como este referéndum.

Margaret está preocupada porque su estatus en España cambie, suban los impuestos, su pensión se congele, las transferencias de dinero se encarezcan… “La caída de la libra ante la amenaza del Brexit ya nos hace perder dinero frente al euro”, se queja. De los británicos entrevistados para este reportaje, ella es la única que conoce a compatriotas que regresaron a casa por la incertidumbre. “Muchos son mayores y sus familias les animan a volver. Pero eso es algo que sólo pueden hacer quienes tienen dinero y conservan una casa en Reino Unido”, dice.

El Brexit para los Hales sería un desgarro sentimental. “Éste es nuestro hogar. Vinimos porque nos lo permitía la libre circulación europea y porque adoramos el estilo de vida de España y su cultura. Estamos destrozados porque se celebre este referéndum y por los comentarios nacionalistas y discriminatorios de nuestros políticos”, explica Margaret.

Es difícil encontrar británicos optimistas con la perspectiva de una salida. Pero, ¿habrá Brexit?

Los sondeos no son concluyentes. Esta semana los diarios euroescépticos de Reino Unido hablan de un aumento de partidarios de dejar la UE. Sin embargo, según el agregador de encuestas del Financial Times, 46% de los británicos aún apuestan por quedarse, frente al 41% que quiere irse.