Arsenal le gana al Sevilla y pone al PSV del Chucky en zona de clasificación en Champions

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LONDRES.- ESevilla no quiere competir en Champions. Nunca un partido donde te juegas la vida te puede venir en mal momento. Si no colocas lo mejor que tienes y tu alineación está supeditada a tu mala dinámica en Liga, la verdad es que no mereces pasearte en los mejores campos de Europa. Arrastrar un escudo sin deferencia a los casi 2,000 sevillistas que sacaron tiempo y dinero de debajo de las piedras para acompañarte.

Supeditar todo a que en las dos últimas jornadas te suene la flauta y arregles el estropicio de las cuatro primeras.

Demasiados castillos en el aire y deberes pendientes de realizar para un equipo que ha empeorado desde el cambio en el banquillo.

Se han cansado los que mandas en pedir tiempo para el nuevo entrenador. Si la alineación para soñar con la clasificación en el Emirates es parecida a la dispuesta en la primera ronda de la Copa del Rey, algo falla. Alguien se equivoca.

O es que los objetivos han variado radicalmente en pocos meses en una entidad que vive una catarsis constante. El Arsenal recogió el regalo. Sólo tuvo que decir: thank you.

 

Plan fallido para Diego Alonso

Demasiados cambios de Diego Alonso sobre el papel. Pensando quizás en el derbi o en que tenía más bien poco que ganar en el Emirates, donde la derrota se barruntaba desde el propio sorteo. La mayor sorpresa era ver a Pedrosa como extremo, con Ocampos, Suso o Lukebakio en el banquillo. El Arsenal salía en modo apisonadora, buscando sin descanso a Martinelli y Saka, que sólo podían ser frenados mediante faltas. El Sevilla ni tenía el balón, ni parecía que lo pudiese querer. Replegar y salir en algún momento a la contra, aunque sin robar arriba era casi imposible. Martinelli, quien ya hizo sufrir a Jesús Navas en Nervión, encontró un autopista por la banda izquierda, con Juanlu muy solo en defensa de cuatro. Diego Alonso colocaba línea de cinco. Y en la primera acción con defensa poblada, Kike Salas no supo defender un pase interior sobre Saka, quien asistió a Trossard para hacer el 1-0. Era la primera oportunidad real del Arsenal.

 

Cuando sales buscando el empate, normalmente alguna de las llegadas se traduce en gol. Con el 0-0 parecía que el Sevilla podía estar en el partido. Ya perdiendo, el plan saltaba por los aires. Demasiado poco para un equipo que, supuestamente, desea pelear con los mejores, pero hay momentos donde demuestra no estar preparado. Y parece que ni le importa. Su Champions, por tercer año consecutivo, es una broma de mal gusto. Pese a lo poco que hizo con balón en el primer periodo, el Sevilla se marchaba al descanso sólo con un gol por debajo en el marcador. La idea del técnico del equipo andaluz era hacer un partido largo o no muy doloroso en la derrota. Aguantar ese ritmo infernal del Arsenal. Sólo le disparó con claridad una vez. El problema real es que había dado menos de 100 pases y el gran porcentaje eran de sus defensas con el portero. Con todo el equipo dentro de su campo, sin un córner o falta para probar la estrategia a favor, era imposible saber si David Raya se había puesto los guantes. Y apelar siempre al milagro europeo en una Champions habitualmente esquiva tampoco funciona.

Los errores tácticos le costaron al Sevilla

No realizaba cambios el entrenador del Sevilla al descanso. Pretendía extender esa situación defensiva, de aguantar incluso la derrota, para buscar algo más en el último tramo del choque. Una falta a favor del Sevilla cerca del área y mal botada por Jordán, propició la primera llegada del Arsenal a la contra, sacando la defensa a córner un remate franco de Havertz. Si el Sevilla se descrubría un poco, le podía llegar la sentencia. Al menos, los jugadores del conjunto andaluz trataban de combinar mínimamente, salir del agujero en el que se habían metido en el primer tiempo. No sólo defender, sino proponer algo más. Havertz tenía una nueva opción con un lanzamiento desde la frontal. Se libraban los sevillistas, quienes arriesgaban un poco más y las pérdidas propiciaban quizás oportunidades más claras que las del primer tiempo. No eran llegadas constantes, pero sí más peligrosas.

Y cuando Diego Alonso pensaba modificar algo en el partido con dos sustituciones, tras su posesión más larga, un saque de banda en campo propio y dos movimientos rápidos del Arsenal, con Gudelj tirando por enésima vez, en sus numerosísimos partidos como central, mal la línea del fuera de juego, habilitaba a la Saka casi en un uno contra uno con todo el campo para correr. Pedrosa trató de impedirlo, pero la calidad del atacantes inglés, recortando primero y fusilando después, finiquitó un duelo sin historia. Soumaré, quien entró tras el gol, tuvo que ser sustituido a los pocos minutos, por un golpe en el tobillo. Entró Mariano, quien se encontró la ocasión más clara haciéndose hueco frenando al defensa con la espalda, pero no supo disparar ponerle el gol en bandeja a En-Nesyri. El partido entró en unos últimos diez minutos sin historia, repleto de sustituciones y con el primer y único disparo sevillista entre los tres palos en el 95′. Sin historia. Y casi sin vida en Champions. Un Sevilla desdibujado desde el banquillo. A por el derbi con cara de perdedor.

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