NUEVO LAREDO.- En las manos se refleja su oficio, aquellos hombres que cargan más que el peso de un bulto de cemento sobre su espalda, que bajo la luz del sol y al compás de una cumbia realizan su trabajo, son ellos, los que construyen muros, pisos, casas e historias y aun teniendo el trabajo más pesado y menos pagado, forman parte del desarrollo de todo lugar, los albañiles.
Con más de diez años dedicándose a la albañilería, Juan Vázquez Torres es un hombre que día con día sale de casa para realizar extensas jornadas de trabajo colocando y uniendo bloques, alzando paredes, preparando cemento, y edificando patrimonios.
“Me llamó la atención ver el trabajo de un albañil, me gusta andar con el maestro y pues hacer estos trabajos que al final del día te dejan una satisfacción muy grande. Sí es cansado, a veces uno se siente mal, nos duele un brazo o un pie o traemos gripe y hay que seguir trabajando, pero siempre pienso que si hoy no es un buen día, mañana será mejor”, dice Juan.
A pesar de la gran energía que pone en su oficio también hay días pesados que le cuesta trabajo “agarrar una chamba”, lo que lo ha llegado a deprimir, mas no a rendirse.
“A veces el problema es que no hay trabajo y nos ponemos un poco tristes, a veces pienso no nada más en mí sino en las demás familias que dependemos de ese trabajo, da tristeza, impotencia de ver a la familia que depende de uno y no se puede. He durado hasta un mes sin trabajar y buscando otras actividades como jardinería, pintura, pero no me agüito y le sigo para adelante”, aseguró.
Mencionó que la satisfacción más grande que guardan al término de cada jornada es el reconocimiento del cliente que agradece el trabajo que han hecho por él.
“La mayor satisfacción de un albañil es que reconozcan el trabajo que con cansancio realizamos”, destacó.
“Me siento muy orgulloso de mi trabajo, ganar el dinero para llevar el sustento a mi familia es mi satisfacción y mi mejor orgullo”, agregó.
Hoy en el día del albañil le tocó trabajar para no perder la única fuente de ingreso que por el momento tiene, pero a pesar de ser un día en el que muchos festejan, el realiza con gusto su oficio, y ya por la tarde aprovechará para celebrar acompañado de su familia y de uno de los instrumentos épicos del albañil “la cerveza”.
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