Hay dos cosas que Aaron Eckhart, el “Dos Caras” de Batman o el científico loco de “Yo Frankenstein”, pide antes de comenzar cada día de rodaje: comida y no tener frío.
“Es para poder administra mi energía”, dice entre risas. “Son cosas que he ido aprendiendo en esto, necesito comer si estoy pensando porque si tengo la energía arriba y abajo, no puedo sacar al máximo el trabajo y también, nunca debo tener frío”, agrega.
Horas antes de la entrevista, el californiano de 48 años de edad pasó varios minutos atendiendo a los fans en una sala contigua a donde acababa de ser la función de “Sully: hazaña en el Hudson”, película donde interpreta al copiloto del vuelo que en 2009, aterrizó de emergencia en ese río, luego de fallar los motores por colisión con aves.
Varios besos se llevó en la mejilla y hasta una señora de edad, acompañado por sus nietos, se acercó para reconocer su trabajo.
“Antes, en mi carrera, era yo un poco más temeroso de esto, ahora me siento afortunado”, confiesa.
Lo que aún no supera es verse a sí mismo en la pantalla. Así ha sido con “Olimpo bajo fuego” o “Gracias por no fumar”, cinta que le dio nominación al Globo de Oro en 2005.
“Nunca me veo tan bueno en esto”, indica el actor.
Quizá por ello siempre se fija en cómo actúan los demás. A Clint Eastwood, director de Sully… lo veía diario, al igual que a su colega y protagonista, Tom Hanks.
“Clint es el héroe que todo mundo quiere ser en el cine, no sólo como actor es un icono, sino que como director es humano, siempre vi cómo caminaba en el set, cómo se dirigía a los actores, porque yo quiero escribir un guión y ser director.
“A Tom también lo observaba y de pronto cuando llegaba a algo que no había yo visto, le preguntaba cómo había hecho eso y decía, según sus propias palabras, que jamás dejaba de observar”, cuenta.
Al fin y al cabo, destaca Aarón, los actores trabajan con su propio corazón y quien no lo hace, queda atrás.
“Siempre estamos yendo a nuestra psique, nuestra alma”, comenta.
Y por eso, pide de comer y que no haga frío. Para estar bien.
El guión del filme fue revisado por el piloto original.
Tras el rodaje, Eckhart dejó de tener miedo a los aviones, pues vio la preparación de los pilotos.
El primer día de rodaje preguntó a Eastwood que debía hacer. El director le dio la espalda para hacerle ver que él era quien debía mostrarlo.
“En el aire lo peor que le puede pasar a alguien es no escuchar nada, porque sería no escuchar los motores del avión”, Aaron Eckhart, actor.
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