El miedo se domestica con la costumbre. El crimen nos ha domesticado. Se lee literal como igual se escribe. Ya nada nos asusta.
México estásaturado de Usos y costumbres.Automatismos y Prácticas que apoyamos o que utilizamos día con día. Hablemos claro, hábitos de inclinaciones negativas y costumbres mundanales. Un ejemplo: Se ha vuelto un Uso el que la delincuencia sea la gran maestra educativa de nuestros hijos. Por Costumbres tenemos el ver muertos por doquier, mujeres violadas impunemente, huelgas y marchas destruyendo comercios, policías robándose joyas en locales, secuestros con finales funestos, niños destrozados por el abuso y cientos de usanzas más.
Nuestra nación está impregnado de Modas y Tradiciones.Yéndonos por el lado más amable, siempre será una maravilla el existir en un país cuya diversidad ha logrado la universalidad. Caminar por La Calzada de los Muertos en Teotihuacán y cruzarse con japoneses, chinos, italianos, franceses, árabes y africanos, todos gozando de nuestro México, no es cualquier cosa. Nos encontramos en uno de los primeros destinos turísticos a nivel mundial. Nuestras playas no tienen parangón y ni qué decir de nuestras fiestas y tradiciones.
El buen orgullo que se experimenta no tiene paralelo en el alma, pues es cuando se puede advertir que somos México, que somos un territorio real con una cultura seria y muy, pero muy ancestral. No es sólo decir vivo en la República Mexicana, es decir, camino en la tierra que pisó Kukulkán en las tierras del Mayab y Quetzalcóatl en tierras Aztecas. Tierra del poeta Nezahualcóyotl y de grandes emperadores como Moctezuma. No es pisar por pisar, es pisar y vivir al saber que somos tierra bienaventurada, tierra de muchos usos y muchas costumbres. La cocina es fidedigna y atávica. Tenemos matronas aferradas al metate como no lo hace ninguna otra en todo el orbe. Sólo en México el molcajete está rebosante de aguacate y salsas. En pocas palabras, nuestra nación posee una universalidad tal que ha logrado penetrar fronteras al grado de arrastrar al turismo hacia ella.
Del mismo modo que nuestra agraciada nación es admirada por propios y extraños por su gran diversidad cultural, gastronómica y comercial, de igual forma para muchas personas viajar a nuestro territorio suena a suicidio. Suena vergonzoso el que países extranjeros adviertan a sus ciudadanos sobre la peligrosidad que implica viajar a una tierra de pasado glorioso y de presente criminal.
El sur de Coahuila está lleno de cementerios. Obvio, no sólo los que dicen los libros de paleontología, sino de víctimas del crimen organizado… ¿organizado por quién?, tal vez por quienes sonríen en televisión portando la banda presidencial. Todo puede suceder en un país atiborrado de usos y costumbres raras.
Estados Unidos fue uno de los países del exterior que declararon que todos los estados de su vecino del sur, en particular los del norte y algunos del centro y occidente, eran sumamente delictivos y de alta peligrosidad. Se advirtió que si se decidía viajar acá, se optara hacerlo por aire para evitar así las sangrientas carreteras de los estados fronterizos. Ni para qué molestarnos y hacernos los dignos cuando la realidad es evidente. Cualquier nación advertiría a sus conciudadanos sobre los peligros que podrían sucederles de viajar a tal o cual nación de dudosa seguridad.
Como digo, hacernos tontos no es cosa digna. Sabemos que vivimos en estados peligrosos. Coahuila es un territorio de muerte aunque diga el gobernador que no. A últimas fechas nos hemos dado cuenta que algunos cárteles del narco han estado contendiendo por el liderazgo de su territorio.
Uno de los Usos y Costumbres de nuestroreino sin lugar a dudas es el famoso peculado. Adueñarse de lo que no es propio y que fue confiado para resguardarlo es cosa común en nuestra patria. No es algo nuevo, es algo que se adquiere en el hogar y cuando la persona evoluciona a un régimen político, lo externa abusando de la confianza que se ha depositado en él. Se lleva millones de pesos del erario como si fueran chicles. Como se ha dicho, el peculado es una gran tradición nacional que a últimas fechas ha despuntado de manera colosal con los exgobernadores. Si no todos, la gran mayoría ha huido al extranjero o se han mantenido ocultos en la oquedad de su miseria existencial. Huyen teniendo fe que su huida quedará impune, cosa que siempre aciertan cuando caen en las redes de una teatralidad llamada justicia, una justicia castrada. Por endequedan libres de toda acusación escupiendo el rostro de los ciudadanos que un día los elevaron a las alturas de la gubernatura.Se evidencia que amamos nuestros usos y nuestras costumbres cuando no le damos la importancia debida al Servicio Militar Nacional, cuando inculcamos que los deberes en el hogar son exclusivos de la mujer, cuando abusamos física y emocionalmente de los demás, etcétera.
El espurio suele ir de la mano del peculio. Riman justamente porque en México conviene que así sea. Ahora con el cambio de alcaldías en el estado de Coahuila se comenzaron a perseguir a algunos exalcaldes justamente por llevarse unos cuantos millones de pesos en el bolsillo. Sabemos que no pasará nada con eso y que en el devenir de los tiempos se lanzarán a la diputación y claro, votaremos por ellos porque somos patriotas y queremos que nos sigan acabando.
Una de las cosas que concretamente hechizan a los foráneos, es el día de Muertos. Presumimos ciudades mágicas en las que estas festividades son en realidad maravillosas. El turismo extranjero ni pone en duda su decisión de visitar Pátzcuaro, Taxco, Morelia u otras ciudades mágicas en las que los cementerios son en realidad una maravilla floral.
Los grandes Mictlantecuhtli o dioses de la muerte sin duda algunas fueron los líderes del sexenio pasado y del actual con 234 mil muertos. Considerando que aún falta un buen tiempo para que expire el gobiernoexistente, aún hay tiempo para que se complete la cifra de 365 y así certificar ambos sexenios como Los sexenios de la muerte. No peco al decir que mientras escribo, la cantidad de 131 restantes esté a punto de cubrirse.
Los Usos y Costumbres con los que convivimos día con día y por más sangrientos que estos sean, son un algo que debemos cuidar, pues es lo que dejaremos a nuestros hijos. El México del mañana tiene derecho a recibir de nosotros todo aquello que lo colapse y lo convierta en una Sodoma de la criminalidad que haga sentir a nuestros descendientes como los más bendecidos. Confío en que haya entendido mi sarcasmo. Adieu.
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