Republicanos inician camino junto a Trump

La imagen de unidad que clama el partido y el propio magnate quedaba tocada.

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Republican presidential candidate Donald Trump speaks to supporters during a rally, Tuesday, June 16, 2015, in Des Moines, Iowa. (AP Photo/Charlie Neibergall)

Donald Trump creía que lo tenía todo bajo control en el primer día de la Convención Nacional del Partido Republicano. Este lunes debía ser un inicio magnífico, con ataques indiscriminados a las políticas de seguridad del gobierno de Barack Obama, la desacreditación de la rival Hillary Clinton como aspirante a la presidencia y el debut perfecto de su mujer, Melania Trump, en los discursos que tienen que servir para “presentar al Donald más personal”. Sin embargo, a media tarde y durante poco más de cinco minutos, todo estuvo a punto de saltar por los aires.

El movimiento #NeverTrump (Nunca Trump), liderado por Mike Lee, senador de Utah, y el ex fiscal general de Virginia, Ken Cuccinelli, llevaba días trabajando para conseguir que los asistentes a la convención tuvieran que volver a votar las reglas del evento y así ralentizar el proceso para oficializar la nominación del candidato y dejar en evidencia la división que vive el partido.

Antes de cerrar la sesión matinal de apertura de la reunión, el caos se apoderó de la sesión: los antiTrump exigían el voto, los proTrump se lo negaban. La votación, a voz en grito, dejó un resultado parejo que se resolvió por el oído del presidente de la convención: victoria para los proTrump y escándalo entre los delegados.

La imagen de unidad que clama el partido y el propio magnate quedaba tocada.

Pero la mancha se evaporó en la sesión vespertina, gracias a los discursos cargados de ira contra el gobierno actual. Se escucharon grandes vítores en favor de controlar la inmigración con ejemplos de familias rotas por culpa de “delincuentes ilegales”, peticiones para cuidar más a los veteranos y militares, y llamados a luchar contra el “islamismo radical” con la fuerza necesaria, todo para hacer a Estados Unidos más seguro.

Entre los oradores, el único que levantó los ánimos fue Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York, con un discurso de defensa vehemente de las políticas de seguridad que propone Trump. “Lo que hice por Nueva York, Donald Trump lo hará por Estados Unidos”, aseveró.

Finalmente, llegó la hora de Melania Trump. La mujer del magnate fue la primera encargada de humanizar a su marido, pero sin dejar su lado presidencial: “Él es su hombre, nunca los va a defraudar”, aseguró.

El magnate rompió la tradición de no hablar hasta ser oficialmente candidato. Poco le importó. La convención está hecha a su medida.