“¿Expresidentes a la alhóndiga?”

0
815

Si se tomara Los Pinos como una moderna alhóndiga de Granaditas, ¿qué cabezas de líderes políticos colgaría usted ahí por traición a la patria? Considere que tendrían que ser sólo cuatro y que seríacomo advertencia a los candidatos a postularse a algún puesto público, que de burlarse de la población tal será su funesto destino.

Seguro la respuesta ya está en su boca. Coincido con usted, cuatro ganzúas son insuficientes. Con toda seguridad le pasó lo que a mí.Fueron tantoslos que se me vinieron al pensamiento que terminé colapsando.

Según el gran estratega mexicano, Ignacio Allende y justamente uno cuya cabeza colgó en la alhóndiga, dijo que sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde son concebidos los hombres o las mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos. Hoy, en los albores de las nuevas elecciones y en las que los candidatos de los diversos partidos se han abocado en opacar y a herir a mansalva a sus contrincantes, nos preguntamos ¿qué tamaño tiene la obra de cada uno de ellos? O mucho más importante ¿qué tanta es su genuina voluntad por engrandecernos como mexicanos?

En realidad no se requieren de grandes conocimientos de política nacional o internacional para saber que las causas que han propiciado la caída o el engrandecimiento de muchas naciones son en sí dos cosas. Si nos vamos por la segunda, sin duda alguna podríamos hablar de los valores que un buen gobernante inculca a base del ejemplo en sus ciudadanos. Nos sobran naciones por mencionar. Bien podríamos hablar de Noruega, Finlandia, Suecia y otras naciones que hoy podrían pasar desapercibidos. Qué fortuna para ellos el no aparecer en titulares pues no es tanto por su insignificancia sino porque en sí no hay razones de peso que los tengan como “escandalosos sociales”.

Todos esos países viven en una armonía tal que no saltan a la vista ni por la violencia y mucho menos por tener un mal gobierno. Su empoderamiento viene a raíz de la política avezada de un buen líder.

Tener valores indudablemente no hace famoso a nadie, al contrario, pareciera como si tal virtud colocara al que las posee como algo aburrido o apático. Dichos países viven en una paz tan envidiable que ya la quisiera Venezuela, Colombia y hasta el mismo Estados Unidos que desde la caída de las torres gemelas, la paz no ha vuelto a caminar por sus calles.

De igual modo no se es necesario tener una gran sapiencia sobre las razones que han llevado al declive a muchas grandes imperios.

Existen reales traidores a la patria. Son justamente los que se juramentaron ante la bandera que jamás lo harían. La corrupción ha sido por sexenios y sexenios esa incómoda cuña clavada en la base de ese gran tronco que se llama México. Una cuña que no ha dejado que la planta nacional de su fruto natural, ese crecimiento que otras envidiablemente tienen y que nosotros sólo vemos de lejos como espectadores.

Hoy las nuevas propagandas electorales no ofrecen nada nuevo. Los mayores de treinta ya lo hemos escuchado todo. Es lo mismo que se nos ha dado por años, la misma telenovela que nos ha tenido comiendo sólo palomitas mientras que la clase aristocrática que nos gobierna se ha servido de grandes viandas a costa de nuestro trabajo. Más ganchos, más ganzúas, más garfios son los que hacen falta para colocarlos junto a aquellos en los que injustamente pusieron a Hidalgo y otros en la alhóndiga. Hoy sí que tenemos traidores y no son pocos.

En las campañas electorales con fines de elección a presidente de México, sóloLópez Obrador, ha emulado a los héroes del pasado tomándolos como una inspiración en sus anhelos para gobernar a la nación. Él mismo ha dicho que de llegar a salir victorioso, no será un mediocre y mucho menos un traidor a la patria. Expuso abiertamente que no desea ser parte de ese basurero histórico de expresidentes chatarra. Citó a Santa Anna, Díaz, Huerta, Salinas, Calderón y Peña Nieto. Eso sí, expuso que deseaba ser recordado como a Lázaro Cárdenas, Madero y Juárez.

Cada que termina un sexenio y veo que la patria sigue sumergida en el oprobio y la humillación, pienso en las cabezas de Miguel Hidalgo, José Mariano Jiménez, Juan Aldama e Ignacio Allende colgando en cada una de las cuatro esquinas de la mítica Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato. Todos acusados injustamente por traicionar al país. Los colgaron ahí para que la población tuviera muy bien presente lo que les podría pasar de apoyar la causa independentista.

Dejo la pluma en el tintero y antes concluir vuelvo a cuestionar:

Si se tomara como una alhóndiga la casa presidencial, ¿qué cabezas se líderes políticos colgaría usted ahí por traición a México?… Adieu.