Sin piedad para Siria

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Desangrada y destruida tras seis años de guerra civil, Siria se mantiene bajo el fuego de las dos grandes potencias militares del mundo, su propio gobierno, los rebeldes y los grupos extremistas.

Tan sólo ayer, aviones de la coalición liderada por Estados Unidos, de la Fuerza Aérea rusa y otros más no identificados llevaron a cabo sendos bombardeos en distintas ciudades con un saldo preliminar de 37 muertos, entre ellos mujeres y niños.

Aviones militares de la coalición liderada por Estados Unidos atacaron el sábado dos poblados cercanos a la ciudad de Al Raqa, bastión de los extremistas, matando al menos a 21 personas, entre ellas una mujer y sus seis hijos que huían de los enfrentamientos entre el grupo terrorista Estado Islámico y combatientes respaldados por Washington, denunciaron grupos activistas.

En otro hecho, al menos 18 personas murieron en un bombardeo llevado a cabo por aviones rusos en la localidad siria Urum al Yauz, en la provincia de Idleb, bastión rebelde, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que precisó que entre los fallecidos hay cinco niños y dos mujeres.

En otro ataque realizado por aviones no identificados murió una mujer y un hombre resultó herido en el municipio de Jan Shijún, también en la provincia de Idleb, pueblo que fue blanco del supuesto ataque químico del régimen del presidente Bashar Al-Assad el pasado martes y que dejó 87 muertos.

Estos son los primeros bombardeos en Idleb después del ataque con misiles llevado a cabo por Estados Unidos contra una base aérea siria en la madrugada del viernes, bombardeo que ha provocado una nueva escalada de tensión entre Washington y Moscú.

Además, una bomba que explotó en un autobús cerca de la ciudad central de Homs causó la muerte a una mujer y heridas a otros 25 pasajeros, según informó la TV estatal siria sin especificar los autores del atentado.

La guerra en Siria ha causado alrededor de 450,000 muertos y ha obligado a 4.8 millones de sirios a abandonar su país. A pesar de los esfuerzos de paz impulsados por Rusia, Irán y Turquía, el final de la guerra no se ve cerca.