OAXACA.- Hubo un tiempo en el que el refresco Rey era el conquistador definitivo de los paladares oaxaqueños. Sin embargo, el reinado de este producto mexicano se desplomó con la llegada de la multinacional PepsiCo. Poco a poco, la marca pasó de ser una deliciosa realidad a una leyenda que ahora sólo algunos locales recuerdan.
Atrás quedaron los refrescantes sabores de tamarindo, mandarina, piña, toronja, durazno, manzana y el favorito, el de grosella. Según se cuenta, este último fue el que convirtió a la marca en un verdadero peligro para PepsiCo, pues los oaxaqueños y chiapanecos estaban tan fascinados con su sabor que en muchas comunidades era el único que consumían.
Sin embargo, de acuerdo con NVI, esto cambió cuando, en 1998, la familia Gutiérrez cedió y vendió la empresa a un grupo de extranjeros –entre los que había norteamericanos, venezolanos y regiomontanos–. Posteriormente, la compañía fue vendida a PepsiCo. Debido a esto, la última producción que se realizó del Rey fue durante el mes de septiembre del 2006.
Después, la producción de estos entrañables refrescos fue disminuida gradualmente pues, desde el inicio, el objetivo de PepsiCo era que la marca desapareciera de forma definitiva.
Actualmente, es posible conseguir algunas botellas del Rey a través de Internet y en las chácharas. Sin embargo, ya no es común encontrarlas en tiendas de abarrotes ni en otros comercios de consumo. Así, el refresco Rey, que alguna vez fue parte de la identidad oaxaqueña y mexicana, hoy sólo es un recuerdo.
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