Migrantes en Piedras Negras se ponen agresivos; estarán seis meses en albergues

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PIEDRAS NEGRAS, Coahuila.- Tras la llegada a Piedras Negras de las mil 676 personas que integran la caravana migrante, el alcalde Claudio Bres Garza señaló que los migrantes estarán confinados durante seis meses en el albergue habilitado en dos bodegas industriales sobre el libramiento Manuel Pérez Treviño.

Al darse a conocer esta noticia, las personas migrantes reaccionaron de manera violenta y comenzaron a manifestarse en contra de la regla impuesta por el Gobierno municipal.

Cerca de las 19:00 horas de ayer, tres horas después del arribo de la caravana a Piedras Negras, un grupo de aproximadamente 100 personas salió de las instalaciones del albergue ante la inconformidad que sintieron al ser separados de sus familias y conocer que estarían internados en el albergue más tiempo del que tenían previsto.

“Nos tienen separados de nuestras esposas y nuestros hijos y no quieren dejarlos salir, agradecemos la atención que han tenido, pero no es justo que no nos dejen salir, venimos todos juntos y queremos llegar a la frontera todos juntos”, señaló uno de los inconformes.

EL CONFLICTO
El alcalde de Piedras Negras manifestó que mandarían grupos de 15 personas a solicitar el asilo político en Estados Unidos, hecho que encendió la inconformidad de los integrantes de la caravana.

“Si nos mandan así van a deportarnos, tenemos que ir todos juntos para ejercer presión a Trump y que nos deje pasar a Estados Unidos, en grupos pequeños nos van a deportar, no nos van a hacer caso”, dijo.

La manifestación llegó a su clímax cuando algunos grupos de migrantes comenzaron a pelear entre ellos, situación que de inmediato fue controlada por elementos de Fuerza Coahuila.

Cerca de las 20:30 horas, el Gobernador del Estado, Miguel Ángel Riquelme Solís, llegó a las instalaciones del albergue y habló con los migrantes, quienes concedieron pernoctar ahí, mientras se resolvía la situación.

Despertaron al alba, en esa hora gris que precede al amanecer. Habían pasado la noche en el albergue. Las mil 700 personas migrantes recogieron las colchonetas y las colchas con las que mitigaron la fresca madrugada.

Mientras tanto personal del Gobierno del Estado de diferentes secretarías establecía el plan de acción para el traslado de los integrantes de la Caravana, su objetivo era Piedras Negras, Saltillo sólo fue un descanso.

Eran las 5:00 horas cuando se encendieron las luces del auditorio Revolución, en las oficinas y bodegas del Gobierno del Estado, allá en el Libramiento Óscar Flores Tapia. Hombres, mujeres y niños se levantaron dispuestos a seguir su camino, a llegar a su destino.

Se fueron formando en una fila. Afuera, en el estacionamiento, cuarenta camiones de personal y de transporte público esperaban para el abordaje. Si llegaron a Saltillo en las cajas y plataformas de tráileres, se irían de la ciudad más cómodos, más tranquilos. Seis horas los separaban de Piedras Negras.

Al abandonar el albergue, personal del DIF les repartió un aperitivo, naranjas para los niños, pan para los adultos. Uno a uno, agradecían las atenciones recibidas. Desde que llegaron, ahí cenaron, ahí se ducharon, ahí descansaron.

A las 8:30 horas del lunes de asueto, el último camión salió rumbo a la carretera 57, el destino era Piedras Negras. Iban escoltados por elementos de Fuerza Coahuila. La caravana migrante ahora viajaba en camiones.

El convoy de camiones circulaba por la carretera. A la cabeza de la caravana dos unidades blindadas, en una, viajaba el secretario de Seguridad, José Luis Pliego Corona, era quien lideraba el operativo de traslado de los migrantes.

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