La pluma profana de El Markés: “Victoria… y el secuestro parental”

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Victoria… y el secuestro parental

¿Qué puede ser más peor que una pequeñita de lindos ojos y muchos sueños sea asesinada un domingo por la tarde? Creo que nada…

Estos días sin duda alguna fueron de amargura social para todo el norte de Coahuila. Si bien los crímenes que se cometen a la comunidad infantil son muchos, el caso que hoy nos atañe no sólo nos escandalizó, también nos empujó a una reflexión obligada sobre lo que nos hemos convertido como sociedad. Muchos dirán que no es así, sin embargo, muchos de nosotros somos colaboradores en una gran mayoría de crímenes. Frases como “Es algo que no me compete” “No me quiero meter en problemas” o muchas otras, nos han convertido en cómplices silenciosos y cobardes.

Victoria, una niña a quien cariñosamente llamaban Vicky, fue abusada y  asesinada por su padrastro el pasado domingo en Piedras Negras y todo al amparo de una madre que veía en aquellos constantes abusos, algo normal o necesario. Detenidos y con justa razón, la comunidad en redes sociales crucificaron sin piedad a la madre por permitir que quien ocupa el lugar del padre en una nueva relación, tenga un contacto directo y hasta de abuso sobre los hijos.

Victoria vivía envuelta en una telaraña de la que nunca pudo escapar. Existen fotografías en las que la niña, al estar al lado del padrastro, sus expresiones son de temor. Señales fueron muchas, reacciones de la sociedad y de las autoridades, muy pocas. Quemada, golpeada y abusada psicológicamente, la niña llegó a los Estados Unidos en estado grave y ahí murió. El abuso se había perpetrado en la ciudad de Piedras Negras, en Coahuila. Victoria había estado con su padre biológico, sin embargo, como la niña había nacido en la Unión Americana y las leyes dicen que los hijos deben estar con sus padres en su lugar de origen, la pequeña fue a dar a manos de su madre. Entonces fue toda para ellos, fue el blanco ideal para hacer de ella lo que les viniera en gana. Hoy Victoria ya no está y las autoridades estadounidenses han revelado que hacía mucho no veían un caso tan sangriento como este. Y la justicia pide todo el peso de la ley para la madre y para el padrastro por feminicidio. Hoy Rosa María y Luís Cuevas son dos bestias que han sido capturadas y puestas bajo resguardo para su condena, sin embargo, la PRONIFF tiene bajo resguardo a otros tres niños más que vivían con la pareja.

Es secuestro parental es un fenómeno tan recurrente que la sociedad ha empezado a verlo como algo normal. Aunque no quiera verse así, la prohibición que pone la madre o el padre, según sea el caso, para ver, visitar o disfrutar de la compañía de sus hijos, es un delito, un secuestro. Es igualmente un abuso emocional para el infante que nada tiene que ver en la sangrienta contienda habida entre los padres. Hay quienes se llevan a los hijos a otra ciudad, lejos del antiguo conyugue, causando un daño muchas veces elevado en las emociones de los hijos. El egoísmo es un factor predominante en los matrimonios que rompen relaciones. Usan a los hijos como carnada para obtener beneficios o para manipular algunas situaciones.

Otra nota escandalosa que apareció viralizada en redes sociales, fue el padre de familia que fue a ver a sus hijos y fue recibido a golpes por la nueva pareja sentimental. La gravedad de la golpiza causó que el hombre fuera llevado a una clínica y no sólo eso, todo se verificó ante la mirada estupefacta y corazón roto de los pequeños. Con todo derecho el padre de familia impuso una demanda por daño físico y solicitó la extracción de sus hijos del hogar donde viven por carecer de las condiciones aptas para su desarrollo.

Escenas como las antes narradas se desarrollan una y por millones de veces por todo el mundo. La fragilidad infantil y la ausencia de cuidados por parte de la madre o del padre han llevado a terribles desenlaces.

La fenomenología de preferir al nuevo conyugue antes que a los hijos, es algo que ha escandalizado por siempre a la sociedad. Las carpetas de crímenes están llenas de padrastros, tíos, abuelos y hasta padres que han violado a un niño o niña, muchas veces bajo el consentimiento de la familia. Igualmente los casos de mujeres abusadas y hasta violadas a la vista de los hijos.

El secuestro parental de Victoria fue la causa de su muerte. De haber tenido un contacto más directo con su padre, hubiera evitado la tragedia.

¿Qué nos resta? Sólo la dolencia de lo que ya no se pudo hacer, igual pronto lo olvidaremos, porque eso es lo que pasa cuando domesticamos los crímenes. Nos escandalizan por un rato y luego les damos, como sociedad, un frio carpetazo.

Cuidemos de no ser parte de un secuestro parental. Aplica igual con los abuelos, con los tíos. No hay mejores recuerdos de infancia que los vividos con los abuelos, esos viejos cargados de historias. Es una crueldad e igualmente un abuso infantil prohibirles el acceso al amor. Y es que la rutina, el exceso de trabajo, el consumo inútil de las horas pone de mal humor a tantas personas, cuya frustración viene a recaer justamente en los menos indicados, los niños.

Respiremos hondo, muy profundo; busquemos la sanación a nuestra alma culpable de levedad y apatía. Adieu.

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