La pluma profana de El Markés

0
220

Exclusivamente inclusivo

En cada generación la juventud ha buscado esa aceptación dentro de una sociedad que para ellos les parece abrasiva, pasada de mode, caduca u obsolete. Cada época desarrolla un sector de juventud buscando convertir la estupidez en algo aceptable, algo digerible para una sociedad que en su momento y tiempo se niega aceptar caprichos de muchaches inexpertos… ¿y qué es lo que sucede entonces? La presión ejercida por los púberos comúnmente termina siendo ley en medio de la inconformidad. Y es así como llegamos al ombligo del 2021 y surge un “capricho” que ha vapuleado a una sociedad que ya de por sí se encuentra acosada por asuntos como el aborte, legalización de la marihuane, entre otras cosas. Así nomás y de pronto, surge un personaje X, no sugiriendo, exigiendo, ser llamade, adjetivade, apodade, nombrade o como sea que quiera tomarse el término “compañere”… y al escribir esta mi muy personal opinión el mismo corrector de Word me dice, marcándome en un rojo sangre, que dicha palabra no existe, que está mal escrita, que es una aberración del lenguaje, una malformación gramatical, un aborto de la tinta o de la lengua… y es así como intentando ser parte de esa bataola de chiflazones, como intento escribir en ese lenguaje que pretende ser inclusivo, como si no tuviéramos otras cosas realmente importantes para compartir en las redes sociales, que ese tipo de disturbios emocionales.

En lo personal creo que la inclusión es parte vital en una sociedad que no debe dejar a nadie fuera cuando se habla de educación secular o religiosa; sin embargo, el incluir a grupos minoritarios o rezagados por una u otra razón, no significa que se deba adaptar sus deseos y convertirlos es una regla, en una norma.

En el pasado el astronome Galileo Galilei quiso cambiar una creencia que locura era modificar. El hombre vino y dijo: “no es la tierra el centro del sistema solar, es el sol”, contraponiéndose al geocentrismo de un Copérnico que era el gran astrónomo de su época. Por mucho tiempo Galilei luchó por que su conocimiento, sus ideas, sus descubrimientos fueran integrados y aceptados como reales, como una urgente necesidad de entender de que así era, que se estudiara más a fondo el asunto para que se entendiera que sus saberes eran ciertos. Galileo no vio aceptada su teoría en vida, y Copérnico por su lado, murió creyendo que efectivamente la tierra era el centro de todo.

Galileo, en su tiempo, luchó contra un sociedad que se negaba a incluir sus conocimientos en la enseñanza secular; justo lo que le había sucedido a un Sócrates que todos juzgaban de loco al intentar influir y heredar en el pensamiento de los jóvenes sus aventurados conocimientos que según él, eran el remedio a muchos males de la sociedad. Ni Galileo ni Sócrates disfrutaron de la inclusión en vida, sin embargo, sus pensamientos, teorías, estudios, y otras herencias revolucionarias, fueron, son y serán, conocimientos que seguirán revolucionando la ideas del ser humano. Esos hombres sí merecían ser parte de una inclusión por lo importante de sus aportaciones. Hoy existen muchas personas que desean ser parte de una inclusión, pero sólo para heredar a la posteridad un cúmulo de costumbres que sólo degeneran lo establecido a base de siglos de pulimiento, como lo es el lenguaje y las buenas costumbres.

Hoy la cultura, por ejemplo, se ha tergiversado. Las nuevas tendencias musicales han normalizado de a poco y con mucha seducción, el uso de narcóticos, el uso vulgar del lenguaje, la sexualidad y la violencia. De a poco se fueron integrando hasta que se convirtieron en esas cosas que la sociedad “incluyó” en su día a día.

Seamos parte de la inclusión. Si ves a tu hije intentando tomar ideas callejeres, escúchale, atiende sus motives, tal logre integrarte a su munde y te conviertas en parte de una invasión que te trasforme en un ser que no eres, en un ser que a tu edad, ya no estás en condiciones de modificar, y menos por una generación de cristal que desea ser escuchada, atendida, consentida, mimada.

Si hay algo que me sorprende de las nuevas generaciones, es su enorme capacidad para crear, idear, formar nuevas estrategias tecnológicas. Su facilidad de renovar y de brillar es enorme. Un porcentaje lo bastante amplio de estas nuevas generaciones van en busca del éxito, de una transformación mundial impresionante; sin embargo, existe una parte lo bastante floja, que busca obstaculizar, con su comportamiento, lo que sus compañeres hacen para llegar a un buen progreso.

Quizá pudieron advertir durante el desarrollo de este texto que intenté de muy buena gana escribir del modo más inclusivo que puede, pero la verdad, se lee lo bastante horrible. La moda a quien le acomoda, dice un dicho de los viejos sabios, y en lo personal, ese tipo de palabrejas que pretenden ser inclusivas, no me acomodan; en otras palabras, no fueron, son o serán parte de mi lenguaje, ese que he curtido tras una buena parte de mi vida como escritor y columnista de opinión, adieu.

Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!