La pluma profana de El Markés

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“La decadencia del cine mexicano”

México en el arte, sin lugar a dudas ha sido un semillero de personas entregadas a hacer de la fantasía toda una enciclopedia. Territorio nacional ha parido desde excelentes artistas plásticos, danzantes, poetas, escritores y claro, histriones que han hecho del teatro y del cine nacional un referente. Lo más sorprendente es el hecho de que han venido creadores de arte de otras nacionalidades a vivir en territorio nacional. Existen artistas que hablan de esta tierra como una tierra que les ha dado la gran oportunidad. Muchos han llegado acá intentando usar a México como un trampolín que los lance al estrellato en los Estados Unidos; sin embargo, muchos se han negado a tomar esa plataforma y se han dedicado a ejercer y trabajar sus talentos aquí mismo, pasando a la historia como grandes artistas. El cine nacional de la Época de oro, trajo consigo una larga lista de actores y actrices que por su talento, cruzaron fronteras. Mujeres como Dolores del Río, María Félix, entre otras, tuvieron esa oportunidad de ser manejadas actoralmente hablando, por directores y productores españoles, franceses y estadounidenses. Aquellos hombres supieron ver en ellas verdaderos diamantes en bruto y sí, ya viéndolas en acción les dieron papeles protagónicos que las convirtieron en verdaderas divas del cine nacional. La época del cine de oro dio orgullosamente reales actores y actrices muy alejados de la ficción, es decir, eran talentos trabajados a conciencia y donde los artilugios del cine todavía no mancillaba al arte actoral. El físico de los actores y actrices era tan real. Las cirugías pláticas, los filtros y todos esos trucos que despedazan la belleza no existían como tales. Los cuerpos más esculturales de los hombres estaban hechos de ejercicios, y en esto Jorge Rivero, Andrés García, entre otros son una prueba.

Muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de disfrutar esa hermosa época cinematográfica. Cientos y cientos de escenas siguen rondando por nuestra memoria al ser aquellos verdaderos histriones. La gloria del cine nacional se vino a pique con el cine de las ficheras. En boca de uno de los comediantes de ese tiempo, dijo que el cine nacional se vino abajo debido a que los filmes dejaron de ser familiares para pasar a ser de adultos. Ya las familias no podían disfrutar de una buena proyección, porque de un momento a otro el doble sentido sexual en los diálogos incomodaba y hacia sonrojar a los más reservados. Fue así que los grandes directores de cine fueron abandonando los proyectos para dar paso a los nuevos, esos que le apostaron al cine sexual, de ficheras, vedettes y desnudos constantes. Fue así como esa corriente de cine erótico terminó por enlodar y percudir toda una trayectoria del cine nacional que mucho le había costado a los grandes mantener orgullosamente en el extranjero. Creemos que un intento por sacar del juego al cine de las ficheras, fue el realizado por los icónicos Hermanos Almada. Estos hombres junto a otros actores como Jorge Luje, Valentín Trujillo entre otros, crearon un cine policiaco que en realidad gustaba mucho. Películas como Cazador de asesinos, Siete en la mira, entre otras hacían ese mundo de narcotráfico y balaceras algo relativamente más “digno”, que un montón de mujeres medio desnudas denigrando las salas de cine.

La fuerza de la sexualidad catapultó a mujeres como Maribel Guardia, Ana Luis Pelufo, LynMay, Ana Martin, y otras, como las reinas de la taquilla junto a actores como El Caballo Rojas, Rafael Inclán y otros de vocabulario degradantemente urbano. El dinero encumbró a los directores y productores de este tipo de exhibiciones que terminaron por encerrar a sus familias en casa y hacer de aquel cine solo para morbosos. Quedó así enterrado el cine nacional y su blanca comicidad comandada por Tin Tan, Capulina, Chabelo y otros.

Al día de hoy a la cinematografía nacional se le ha denominado El nuevo cine nacional. Actores como Diego Luna y Gael García Bernal, ahora en su papel como directores han traído nuevas ideas, sin embargo, el cine se ha mantenido estancado y asolado por las grandes compañías cinematográficas del mundo.

El listón negro ahora cuelga en el dintel del cine nacional. La muerte de López Tarso y su Macario; Andrés García y su Pedro Navaja; Cristian Bach y su hermoso papel en Bodas de odio, han dejado al mundo actoral en México con un faltante muy difícil de cubrir. Sin bien es cierto que existen actores y actrices con mucho talento, no lo poseen a ese nivel tan impetuoso que las coloquen en una situación internacionalizada. No existen artistas que no sean plásticos, pues en su gran mayoría el bisturí los ha convertido en seres monstruosamente transformados en algo muy lejano a lo que son realmente.

A lo largo de los tiempos nuestro país ha sido bendecido por una intensa lluvia de estrellas; una lluvia tan benigna que nos ha dado la oportunidad de tener un territorio fértil de actores y actrices. Que hemos tenido tiempos de sequía escénica, es cierto, pero siempre existen los buenos tiempos y a eso aspiramos. Adieu.

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