CIUDAD DE MÉXICO.- Las demandas por pensión, paternidad y supuesta violencia doméstica hicieron la vida de Marjorie de Sousa y Julián Gil un melodrama de la vida real
En enero de este año nació Matías Gregorio, el primer hijo de Marjorie de Sousa y el cuarto de Julián Gil. Lo que había sido una dulce espera entre los dos actores se acabó al poco tiempo. La separación entre ambos fue el inicio de una lucha en tribunales.
Las demandas por pensión, paternidad, supuesta violencia doméstica y demás, convirtieron la vida de la pareja en una telenovela de la vida real. El clásico melodrama de los culebrones mexicanos se convirtió en la vida de los padres del pequeño Matías.
La actriz fue la primera en comenzar con las demandas. La primera tenía qué ver con la manutención del bebé, sin embargo, las exigencias de la venezolana le parecieron un exceso al argentino.
Fue así como las peleas y las declaraciones a los medios de comunicación fueron mermando la relación que tenían, siendo Julián el que ha recibido más demandas y menos tiempo con su hijo.
“Yo soy un guerrero, aquí sobre todas las cosas defiendo los derechos de Matías de poder tener una sana convivencia con su padre y una relación. Aquí se demuestra una vez más que el interés de la madre no ha sido en ningún momento que yo pueda compartir con el niño como ha dicho en diversas entrevistas, sino que aquí hay un interés meramente económico. Hemos visto que como no le han salido sus pretensiones económicas, se venga al no dejarme ver al niño y obviamente Matías se convierte como un cheque al portador”.
Sobre la posibilidad de poder reunirse con Marjorie fuera de los juzgados, Julián aseguró que no tiene la menor intensión de hacerlo.
“La relación está totalmente fracturada, tampoco yo tengo intención de sentarme a hablar con ella, todo lo que quiera hablar va a ser a través de mis abogados”.
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