LOS ÁNGELES.- Brryan Jackson es un joven de veinticuatro años, quien esta infectado de VIH desde que era un bebé de 11 meses de nacido.
A sus 11 meses de nacido, su propio padre lo condenó con la terrible enfermedad, ya que estaba trabajando como un probador de sangre utilizando a su hijo y le inyectó en la sangre VIH.
Cuando la madre de Jackson descubrió que estaba embarazada, el padre estaba muy emocionado, pero todo cambió cuando un día volvió de la Operación Tormenta del Desierto en Arabia Saudita.
De la nada, el padre del menor afirmaba que el bebé no era su hijo y le exigió a su mujer una prueba de ADN, y desde ese momento empezaron los abusos físicos y emocionales.
El hombre se había convertido en una persona diferente, la madre de Bryyan dejó al padre de su hijo pero las peleas continuaron.
Bryyan comenta que su padre le dijo a su mamá: “Tu hijo no va a vivir más de 5 años”.
El contacto entre la pareja cesó, pero cuando Bryyan tuvo que ser hospitalizado por un ataque de asma, su padre encontró la oportunidad perfecta para atacar.
Los investigadores con el tiempo, descubrieron que el señor Stewart había estado robando muestras de sangre infectada del laboratorio donde laboraba y que éste los guardaba en su casa.
Mientras el pequeño Bryyan se encontraba internado en el hospital, el padre del menor fue a visitarlo, dejando sorprendida a la madre, por lo que le solicitó a la mujer que acudiera a tomar café mientras él se quedaba al cuidado del menor, sin saber que sus intenciones eran diferentes.
Cuando el hombre al fin quedo sólo con su hijo en el cuarto del hospital, sin piedad, el hombre sacó una jeringa e inyectó a su hijo con la sangre infectada.
“Mis signos vitales estaban fuera de control porque no era sólo sangre del VIH que me había inyectado, era incompatible con la mía”, comentó ahora Bryyan de 24 años.
El pequeño fue enviado a su casa después de que sus signos vitales fueron restaurados, pero su salud continuó empeorando.
Hasta después de 4 años, los médicos que trataron al menor descubrieron cual fue la causa de la deterioración del menor; el pediatra de Bryyan se despertó una noche y llamó inmediatamente al hospital, y les solicitó que revisaran al menor por el VIH.
“Cuando la prueba regresó, me diagnosticaron el sida completo y tres infecciones oportunistas”, dijo Bryyan, y que solamente le daban 5 meses de vida.
Sin embargo, gracias a los tratamientos que recibía el joven en su infancia, pudo acudir a la escuela a estudiar pero siempre era víctima de intimidaciones.
“La tragedia de mi vida escolar fue que la escuela no me quería”, comentó Bryyan.
Con el paso del tiempo, Bryyan se enteró que su propio padre fue el responsable de su padecimiento.
“No podía pensar en cómo mi propio padre podía hacerme eso. Él no sólo trató de matarme, sino que cambió mi vida para siempre”, comentó el joven.
El padre de Bryyan fue aprehendido y durante la audiencia de libertad condicional, señala el joven que siguió llamándolo su hijo, mencionando que intentó el joven levantar la mano para solicitarle que se refiriera a él como su víctima no como su hijo.
Actualmente Bryyan trabaja como orador motivacional, está centrando su atención en su sueño más grande, en la oportunidad de convertirse en padre.
Además, Bryyan comentó estar más sano que nunca, con un recuento de células T por encima del promedio y un estado de VIH indetectable.
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